Guarapita acrobática

Había una vez un circo... donde tu cuerpo desafiaba la gravedad 🤸

viernes 17 de marzo de 2023

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[Fruta]

Dale a tu cuerpo alegría

🎪🩰🤸🎈

“Caracas es mucha información: cornetas, ruido, humo. Todo al mismo tiempo”. Stina Otterström visita Venezuela por primera vez este marzo de 2023. Es una mujer de ojos azules, cabello castaño agarrado en dos trencitas, extremidades prensiles como las de los orangutanes y edad ácrona que vino de Ginebra, en la parte francoparlante de Suiza, para dar talleres y participar en el IV Festival Manzanoarte (tendrá su espectáculo de cierre este domingo 19 de marzo a las 3:00 pm en San Agustín del Sur, Caracas).“Lo que trato siempre de decirle a mis alumnos es que no se aburran. La rutina física es demasiado exigente y te la tienes que gozar. Hay que sentir placer. Si te quedas solo en la técnica, se hace rígida, cuadrada”. Stina es una paloma —y nos disculpas el francés— colgándose en la cuerda vertical y haciendo parada de manos. El estiramiento previo es obligatorio, riguroso y prolongado, pero después... dibujo libre.“Cambia de vez en cuando el orden de entrenamiento, igual vamos a llegar al mismo resultado”. El pasado miércoles (15 de marzo) a las 2:00 de la tarde, mientras tú a lo mejor estabas sentado frente en una laptop en una oficina con aire acondicionado y tenías dificultades para agacharte a enchufar el cargador del celular, Stina veía el mundo al revés 🙃 como Spider-Man. Su cuerpo suizo, con precisión de reloj, estilización de navaja y suavidad de queso, hacía crujir casi imperceptiblemente las gastadas y nobles tablas de madera del caraqueño Río Caribe Teatro, mientras esculpía la técnica de cuatro discípulos venezolanos —Melanie, Oriana, Verónica y Carlos—, también artistas circenses. Aquello era como la sociedad secreta de los que no llevan encima un gramo extra.¿Qué es un artista circense? La parada de manos te puede parecer una moda fitness más para lucirte en tus redes sociales. Pero para ellos no es que sea un ejercicio, es que es un idioma.Y “circo” quizás te hace evocar a los Valentinos, la mujer barbuda, un payaso que más bien da miedo o elefantes y tigres que hoy se clasificarían como víctimas de maltrato animal. Pero el llamado circo contemporáneo (o nouveau cirque), que se empezó a desplegar sobre todo desde los años 70 del siglo XX en Francia, se basa principalmente en la expresión corporal. Y sus shows —hermanados con la danza, la música, la poesía y el teatro— suelen girar alrededor de una historia o un núcleo temático. Tu cuerpo debe estar en forma, sí, pero siempre al servicio del arte. Y de un mensaje.

Supongamos...

Que quieres hacer paradas de manos. Por supuesto, para empezar debes tener supervisión y un instructor calificado. Es súper importante el control: ejecutar cada movimiento de manera correcta y con balance, así tengas que ir más lento. No es una carrera de velocidad.  Practica sobre todo un buen "aterrizaje". Preferible parar cuando tu cuerpo envíe señales de dolor. Y recuerda la hidratación: tomar mucha agua favorece la recuperación de los músculos. 

“Yo digo que, de todas las artes escénicas, el circo es lo verdaderamente real: el actor teatral puede actuar una muerte, pero si el artista de circo se llega a caer a 10 metros de altura, esa muerte no es fingida”, lo grafica trágicamente Jericó Montilla, directora de la Fundación Circo Nacional, una de las instituciones en Venezuela que, como Manzanoarte, cultiva la expresión corporal y desafía nuestros miedos ancestrales: hacer el ridículo o rompernos la crisma. ¿Y qué pasa cuando alguna de estas disciplinas toma la calle, los parques, los gimnasios y hasta los clubes de baile?“El culto al cuerpo (de nuestra sociedad) trae elementos positivos y negativos. La gente está entendiendo que su cuerpo no es solo para sentarse, caminar y comer”, opina Montilla, y matiza: “Lo negativo es que hay muchas mezclas que se parecen pero no tienen mucho que ver con el circo, como el pole dancing, el acroyoga o el parkour. Muchos artistas de circo han empezado a ganarse la vida en ese espacio cotidiano. Tendremos que defender los valores de nuestro oficio, o quizás evolucionar a otras tendencias”.“Es muy importante cuidar joints (articulaciones). Muñecas y épaules (hombros en francés) nos dan los mensajes de cuándo es necesario detenerse”. La clase de parada de manos de Stina Otterström transcurre en un pasticho trilingüe: se ayuda con una libretica en la que trajo algunas frases anotadas en español, a ratos con la app Duolingo y, de vez en cuando, con las improvisaciones de sus alumnos venezolanos. Cuando la profesora dice en inglés que hay que tensar los músculos del tronco, uno de ellos traduce: "aprieten ese culo".A unos metros, Zorybel García sigue solo algunas de las rutinas: está en gestación. E igual se para de manos para ver ese mundo al revés que, como la Atlántida sumergida, algunos quizás jamás conoceremos. “Todo depende si el embarazo transcurre con normalidad. Si todo está bien, no hay límites: sólo conciencia de hacer las cosas con más cuidado y disfrutar esta etapa”.Zorybel es maestra de teatro físico formada en Europa y una de los dos mentes maestras detrás de Manzanoarte. El proyecto social fundado en Manzanillo (estado Vargas) ha llevado las artes circenses a comunidades vulnerables, por ejemplo, los niños wayúu del barrio tristemente inmortalizado por El Koki, donde el universo también puede tejerse con cuerdas, no sobre planimetrías de balas.El IV Manzanoarte Festival y la visita de Otterström y otros artistas extranjeros pudieron concretarse gracias al apoyo de las embajadas de Francia y Suiza en Caracas. "Pero necesitaremos de verdad a otras fundaciones e instituciones. Organizar estas actividades culturales se ha hecho muy costoso", asoma Zorybel.¿Quieres practicar artes circenses, o actividades corporales derivadas de estas? Como a las trompetas de Jericó, escucha a la profesora Montilla de la Fundación Circo Nacional: “Lo primordial para una persona que quiere dedicarse al circo es que tenga salud mental. Todo aquel que tenga un cuerpo puede hacerlo. Pero si no eres una persona lúcida, serena y consciente, no. No puedes hacer circo”.Si eres gordo, si ya cumpliste los cuarenta, “pero entrenas todos los días también puedes aprender”, dice la profesora venida de Ginebra poniendo la cara del sticker del Bob Esponja, mientras suelta dos corazoncitos como palabras mágicas: “Disciplina y motivación”.

[Caña clara]

Así se siente volar 🕊️

Como entenderás, para hacer esto necesitas práctica, ánimo y una guía certificada que no te deje caer | José Vicente Cabriles en las alturas

La danza aérea no es ponerse unas alitas de Cupido y medio moverse enganchado de la cintura para aparentar ser acrobático. Requiere de ejercicio, coordinación, entrenamiento y, por supuesto, el toque estético como todas las artes escénicas. Porque sí, porque sí, porque sí –como decían Los Rodríguez–, hablamos de arte y hablamos de una disciplina física. O bueno, en el caso de José Vicente Cabriles, instructor certificado de AcroLines —donde dan talleres de telas aéreas, cuerda, hula hoop y lira—, hablamos también de una sana sensación de libertad. –Algunos pueden ver esto como una práctica de ejercicio más que una práctica artística. ¿Cómo lo calificarías tú?–Eso es lo que tienen estas artes: pueden ser lo que tú quieras que sea durante tu práctica y la finalidad que tú le das a todo eso es algo muy personal. Cada uno lo va a ver con una meta diferente: si ser un mejor artista, mejor deportista o hacerlo solamente para relajarme. Puede ser terapéutico. Es muchas cosas a la vez, así que no lo encasillaría únicamente en algo deportivo o artístico.–¿Crees que la danza aérea es más peligrosa?–Sí, tiene un riesgo como todo deporte extremo o toda disciplina física. Obviamente minimizamos los riesgos manteniendo las medidas de seguridad apropiadas en los espacios donde se practica, los equipos certificados apropiados y, lo más importante de todo, un instructor certificado a cargo para dictar la clase.–¿Qué es lo primero que le enseñan en AcroLines a una persona que quiere iniciarse en esto?–En la primera clase generalmente trabajamos la preparación física en general, para descubrir nuestro cuerpo. Así vengamos de hacer otras disciplinas físicas, trabajamos el cuerpo en función de lo que vamos a hacer en el aire para que las personas se vayan familiarizando. Es más que todo reconocer los elementos que vamos a hacer. Como es una disciplina totalmente nueva y estamos despegados del suelo, no sólo por el riesgo, sino que el cuerpo puede reaccionar de forma negativa, vamos comenzando las primeras clases reconociendo todo para que nos podamos acostumbrar y luego, con más confianza, ir ejecutando todo lo demás.–¿A partir de qué edad es recomendable entrenar acrobacias aéreas? ¿Esto es para todo tipo de personas?–En particular, digo que las personas pueden comenzar a practicar danza aérea desde los cinco años, aproximadamente. En ese momento, ya las manos tienen un tamaño en particular que pueden sostener, por ejemplo, las telas: si los niños son muy pequeños no les caben las manos en las telas. Y bueno, también es necesario tener cierto nivel de motricidad y coordinación para ir comenzando. La disciplina la pueden practicar todos, porque no es necesario tener un prototipo de cuerpo para intentarlo, ni tener fuerza, resistencia o flexibilidad. En la práctica y con el tiempo, desarrollamos todas las habilidades necesarias para seguir avanzando.–Desde el punto de vista físico, ¿qué beneficios trae este tipo de prácticas?–Desde mi punto de vista, la acrobacia aérea tiene muchísimos beneficios. Primero, uno de los que más me parecen más importantes, es que mejora mi autoestima, la confianza en mí mismo. Porque debo confiar para poder hacer todo esto: no es solo un tema físico, es un tema muy psicológico. Hay que internalizar muchas cosas y eso me ayuda a trabajar de dentro hacia afuera. Adquiero mayor coordinación, motricidad, flexibilidad, mucha fuerza, resistencia. O sea, puedo hacer cosas que posiblemente en otras disciplinas no lo logre. Es una actividad que nos deja ser libres, nos deja la sensación de que estamos volando.

[Melao]

Colgada en tus pelos

Joanna Sawicka, una artista circense polaca, llegó a tener una persona de 53 kilos colgada de su cabello. ¿Cómo es posible? La suspensión capilar es más antigua de lo que piensas y tiene su ciencia: se calcula que cada pelo individual de nuestra cabeza puede sostener 100 gramos y tenemos unos 150.000 folículos pilosos, lo que por supuesto no se traduce en que podamos levantar 15.000 kilos con el cuero cabelludo.Venezuela tiene una exponente internacional como Michelle de Andrade, y en Caracas conseguimos a Lina Acevedo, que junto con su "gemela" Angelly Clement practica esta disciplina circense extrema. Estas son sus recomendaciones (aparte de no intentarlo en casa sin un entrenador certificado):💇🏽‍♀️ Cabello y cuero cabelludo: requieren todo un ritual de cuidados para evitar, por ejemplo, que estén resecos. También hay que comprar productos especiales para el lavado, no es cualquier champú✂ Columna vertebral: en realidad, es tan o más crucial que el cabello, en especial el área cervical (cuello). La rutina de entrenamiento debe incluir el fortalecimiento de todos los músculos alrededor de la columna👧 Moño: también es otro delicado eslabón de la suspensión capilar, junto con el anillo del que colgará tu compañera(o). Algunos artistas circenses pasan horas supervisando solo este componente🤸‍♀️ Artista integral: "Entreno todos los días, y en deportes y disciplinas diferentes. No hago solamente suspensión capilar. Tienes que desarrollar una destreza corporal general", dice Lina. Y por supuesto, cuidar el peso como la tacita de porcelana más sagrada de tu alacena👯‍♀️ Compenetración: una pareja de practicantes de suspensión capilar se convierte casi en una pareja de hermanas univitelinas

Ella tenía dotes de acróbata:de la esquina de la cama se precipitabaal fondo de mis abismosY yo rezaba para mis adentros:La soledad es una farsaPoema de Leonardo Bustamante 

Guarapita, un destilado deArepita