Guarapita de emojis

Dime cómo escribes ✍️ y te diré quién eres 🧐

Viernes 31 de marzo de 2023

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[Fruta]

¡Atrás! Policía de mensajes

😂💀🍼

–Mensaje enviado el 31 de marzo:Feliz y bendecido día 😘🙏❤️Por algún motivo que todos sabemos aunque nadie dice en voz alta, un mensaje como ese tiene rostro, género, edad y hasta forma de vestir. Existió. Está en un chat de WhatsApp que recibimos a las 7:11 am con un cafecito espiritual infaltable de lunes a sábado. Así como hay quienes ven a la doctora Polo y en Caracas saben cómo es la señora de El Cafetal, para muchos, un emoji o un sticker es la diferencia entre estar o no estar. ¿En dónde? ¿Cómo? ¿Es posible?Vamos a ver ejemplos prácticos. Quizás el anterior mensaje no es el más apropiado para encasillarlo de una u otra forma –el bendecido día mata emoji–. Pero hay miles de casos más para tomar y jugar al adivino. En las redes podemos conseguir teorías sobre las escalas de las edades según la carita que usamos para reirnos en el chat. Si es correcto o no lo veremos después, lo que importa ahora es entender la forma en que percibimos. O mejor dicho, cómo lo percibe un jurado anónimo al que consultamos *mentira, solo cinco amigos al azar*. Al final, nadie conoce a nadie por un mensaje… ¿o sí?

Los cinco expertos que no saben nada lo tienen claro: de 30 años no se baja. Si existiera una red flag para mensajes, uno de ellos sería la repetición indiscriminada de emojis. ¿«😳😳😳» por levantarse a las 7:15 am? Además, el zombie le mete un pizca de pereza y exageración que abruma a la vista. En palabras menos técnicas, no es un boomer, pero tampoco un centennial. Realidad: tiene 31.Leonardo Suárez Montoya, periodista apasionado por la comunicación y la lingüística, no está tan convencido de que todo sea blanco o negro en este asunto. El código ayuda a acercar y estar en la misma página. Sin un marco contextual en común no hay comunicación posible. «Hace millones de años hubo jeroglíficos y era una manera de narrarse y dejar registro. Hoy usamos 'caritas'. Hace años había reticencia de los mayores en usarlos y se veía como algo más juvenil. Ahora, esos mismos mayores –hoy incluso con más edad– los usan».

Al igual que el anterior, hay cierto cringe por el exceso de emoticones que sube al emisor, mínimo, a un quinto piso (+50 años de edad). Pero ahora hay dos elementos para tener en cuenta. El primero que salta a la vista, la lengüita afuera: lo que parece una insignificancia, realmente es una señal inequívoca de que esas llantas tienen varios años. Y el segundo, la referencia a un «hijo»: quien lo envía tiene la suficiente edad como para llamar al receptor de esa manera. Es parte del contexto insustituible que a veces pasa desapercibido. Realidad: 77 años.Y sobre ese último punto es que pone las letras en negrita Suárez. Puede pensarse que los emoticones sustituyen palabras y no es así. Para él, un emoticón existe porque le precede la palabra. Lejos de sustituir el valor de la palabra escrita, la refuerza, le aligera la carga. «Las redes sociales son canales fríos para la comunicación, porque no siempre se media lo visual ni lo auditivo (no se evalúan gestos, tonos, etc.) y los emoticones se encargan de reforzar o despejar dudas». Es decir, no hay dos sin tres ni emoji sin palabra.

Este está raro. Dicen que es el más joven porque comienza por minúscula, lo cual quiere decir que probablemente lo envió desde WhatsApp Web. Ciertamente la calavera es usada por un público más joven y, por eso mismo, la repetición escandalosa de los casos anteriores no aplica para esta. Este ejemplo tiene algo que casi no tienen los anteriores: el uso metafórico del mensaje en el que obviamente no es que esté muerto, sino emparrandado y ocupado. Realidad: 22 años.En palabras del mismo Suárez, «la metáfora implica razón, estilo. Que hoy un durazno o una berenjena signifique de todo menos frutas y hortalizas, quiere decir que hay alguien que está pensando y busca la manera de expresarse». Lógicamente, se requiere de que ambas partes se entiendan y tengan cierto nivel de confianza. No le envías un biberón en mala onda a tu profesor de la universidad ni a muchos de tu familia. Si lo haces, examínate.En conclusión, todo esto puede parecer un tema light y sin sentido. Y efectivamente lo es. Sin embargo, la manera en que nos comunicamos a diario merece analizarlo al menos un poquito. Somos animales sociables y quienes nos acompañan también nos definen. ¿Que en tu trabajo son millennials? Pues usas a José Gregorio Hernández 🕴️  y te ríes 😂 como si no hubiera un mañana. Al final, esos muñequitos son de personas.

[Caña clara]

Vuela más alto que la paloma de Skinner 🕊️

A la izquierda, un iconito que entró y salió de nuestras vidas (el MSN Messenger); a la derecha, Pamela Astudillo, una comunicóloga que nos recuerda que lo humano nunca pierde vigencia

En la web de Pamela Astudillo vas a conseguir áreas de estudio que probablemente no sabías que existían, como la biología cultural, los cálculos de la risa, el diseño de conversaciones y la oratoria analógica. Es una periodista venezolana que vive en Chile: asesora a las empresas en transformación cultural, se aproxima a las comunicaciones con un enfoque biológico y, muy importante, es una de las fundadoras de la ONG Mujeres Migrantes.—Hay documentales de TV que cuentan la historia de la Tierra en 2 horas. ¿Cómo resumes los cambios de las comunicaciones desde la aparición de Internet?—El primer hito y el más importante ocurrió hace millones de años, cuando una madre tomó a su hijo y lo arrulló en sus brazos. O cuando un humano le hizo un gesto a otro para coordinar algo juntos: encender una llama, cruzar un río o hacer el amor. Le siguen la construcción de los alfabetos, que son los primeros emojis. Luego diría que vienen la imprenta, la digitalización y el internet, con esto último las redes sociales, sobre las cuales se pueden hacer distinciones. Pero a mi modo de ver, son parte de la misma ola, hasta estos últimos años o meses, con la Inteligencia Artificial. Lo que distingue al humano de los otros seres vivos es el lenguaje y su sofisticación.—Un cambio tecnológico precipita otros cambios más acelerados que los anteriores. A veces parece que el abismo comunicacional entre generaciones —criadas bajo tecnologías distintas— se hace más ancho y se ensancha a una mayor velocidad.—No es un tema etario. Más bien es un tema de calidad de conversaciones que se tienen entre las diferentes generaciones. ¿Queremos o no ver al otro y las explicaciones que tienen acerca de lo que les pasa? Es decir: ¿los boomers quieren comprender a los centennials? ¿Los millennials quieren comprender a la generación X? ¿Estamos dispuestos a comprender lo que el otro dice? El lenguaje es el modo como "tocamos" al otro. ¿Cómo nos estamos tocando? Creo que ha sido parte de la historia íntima de la humanidad sorprenderse de los modos de las nuevas generaciones. Pero: ¿hay disposición para comprendernos? Me parece que el modo que se han dispuesto las ciudades y la ilusión de estar conectados nos ha segmentado lo suficiente. La potencia de una cultura está en la calidad de los vínculos. Y eso, siento yo, hay que colocarlo bajo una lupa.—Un signo del presente es la comunicación aparentemente no verbal: stickers, emojis, gifs, memes, videos. ¿Esto significa el fin de la palabra tal como la conocíamos?—El ser humano es fundamentalmente emocional. Uno de mis grandes maestros, Humberto Maturana (biólogo y filósofo chileno), me decía: "Un argumento es fundamentalmente emocional". Para sostenerlo, buscas explicaciones de todo tipo. Cuando hay conflicto, en estricto rigor, hay un desencuentro de emociones. Te puedo decir las mismas palabras, con diferente emoción y lo que a mí me pasa y lo que a ti te pasa será distinto. El repertorio gestual (facial y corporal) vale más de lo que se dice con palabras. A veces me imagino a los señores que diseñan los emojis, tratando de explicar la emoción que hay detrás de este emoji (🤭) diferenciándolo de este otro (🫢) y me río sola. Las emociones humanas son muy complejas. Solemos reducirlas a sólo cuatro: tristeza, alegría, rabia y vergüenza. Pero somos más sofisticados. Lo fundamental es comprender que, con una emoción, además de abrirse un repertorio de gestos, se abre un abanico de posibilidades y de acciones que no se dan con otra emoción. O se dan de manera diferente. No es lo mismo bailar enojado que bailar eufórico.—¿Tienes un sticker favorito?—La verdad es que no. Me gusta el tema de los stickers y los gifs, mirarlos. Pero las conversaciones o las relaciones que me importan no las puedo reducir a stickers o gifs. De la calidad de esa relación depende la cultura que vayamos construyendo y la vida que vayamos viviendo, y no nos damos cuenta de esto. Los resultados de nuestra vida —en términos de salud, de producción, de calidad reflexiva— tienen que ver con la calidad de las conversaciones que tenemos. Las cosas no son buenas ni malas en sí. Comenzamos a usar stickers, emojis o gifs en función de la complicidad que tenemos. Entonces se crea una conversación con complicidad. ¿Pero cómo estamos haciendo uso de esto? Esa es la pregunta.—¿Sientes que, a medida que hemos pasado de unas plataformas a otras, cada una con sus códigos, también te has ido transformando tú?—Cuando digo “mi transformación” estoy hablando también de lo que le ocurre a los demás. El “yo público” ha aumentado mucho más su alcance y esto me parece que es súper importante. También es relevante comentar la cantidad de tiempo que perdemos exponiéndonos a contenidos que no son de nuestro interés. TikTok en esto es el rey. Te genera como un pequeño vicio que tiene que ver con el experimento de la paloma de Skinner. Si esta publicación se viralizó, entonces vuelves a buscarla. A veces está la publicación, a veces no está. La palomita de Skinner está constantemente allí detrás del cuenco, a ver si vuelve a aparecer la comida, tenga o no tenga hambre. Esto es súper revelador. Los seres humanos, en general, tenemos una gran necesidad de ser escuchados y visibilizados. Pero lo que da ductilidad a nuestras relaciones es la espontaneidad: cómo converso, qué es lo que estoy sintiendo y validando.—Finalmente, estamos hablando de un tema de salud mental. ¿Cuándo desconectarse de las plataformas? —Hay personas que se generan un “personaje” que comienza a permearse desde la vida pública —lo que está en las redes sociales— hacia la vida privada y no hay minuto, no hay instante en que se permitan la espontaneidad, lo genuino, la sorpresa. ¿En qué momento retirarnos? Esto también tiene que ver con nuestra época: todo el tiempo tenemos que ser productivos, todo el tiempo tenemos que estar vendiendo algo, todo el tiempo tenemos que estar en exposición, visibilizándonos para ganar un like. Estamos perdiendo la noción de ocio. El ocio se reduce a las redes sociales: pasar los TikTok, los reels, las historias. Si tanto nos interesa producir e innovar, corremos el riesgo de que eso que producimos en redes vaya perdiendo su calidad, su brillo, su color y su impacto en el otro. Nos vamos aplanando y los seres humanos no somos planos. Somos y tenemos relieves.

[Melao]

A veces los memes no están en imágenes estáticas. Directo del archivo criollo. 

Si los emojis pueden delatar –o no– tu edad, los memes pueden delatar tu bagaje de la cultura de internet. Porque un meme no es para todo el mundo, sino para quien esté familiarizado con su contexto. Veamos algunos emblemáticos. Let’s go:

  • Yao Ming: La risa de un basquetbolista se convirtió viral aproximadamente entre 2009-2010. Es, quizás, uno de los memes más conocidos a nivel mundial.

  • Pain Harold: Básicamente, es la miseria/dolor por algo que no puedes expresar, pero que está personificada por un hombre en sus setenta y tantos. Incluso tiene su propia TED Talk.

  • Bad Luck Brian: ¿Mala suerte? Te la tengo.

  • Confused Nick: Todos hemos vivido una situación en la que no está tan claro todo. Este meme lo ilustra.

  • Brittany Broski: Una probadita del Kombucha nos dejó un meme para decir, esto no, pero quizás lo otro sí.

[Lo recién embotellado]

¿Te sirvo un guayoyito? Bryan Xavier Colina García (a.k.a. Bryan Venz) acaba de lanzar este tema sabrosito como un café para dos

(งツ)ว ¿Y si krumpeamos un ratico? Es válido que pases la Semana Santa echado, pero después actívate con el krump. ¿De qué estamos hablando? De una modalidad de danza callejera de movimientos violentos con los que. precisamente, se drena toda la violencia dañina por un desagüe. La Embajada de Francia traerá a tres especialistas —Fabrice Lambert, Wilfried Blé Wolf y Alexandre Moreau Cyborg— que el viernes 14 de abril darán un espectáculo en los espacios abiertos del Teresa Carreño, Caracas.🗨🗨🗨🗨 462 años de cordialidad. Agarra por el ojo: San Cristóbal es una ciudad más antigua que Caracas. Y desde su misma fundación (31 de marzo de 1561) se dejó claro que no respondería a la jurisdicción de lo que hoy llamamos Colombia. Los panas de la Fundación Bordes siempre están promoviendo actividades culturales allá, y este sábado (#1Abr) cierran la semana de aniversario de la capital de Táchira con cuentacuentos (5:00 pm) y el ensamble merideño Jóvenes Arcos (7:00 pm).♞▀▄▀▄  Un peón puede ser el rey. El ajedrez y El Principito son dos de esas cosas de las que podríamos no aburrirnos jamás aunque nos entretengan una y otra vez. El Centro de Bellas Artes de Maracaibo presenta, desde hoy, una exposición con los tableros de ajedrez que colecciona Oscar D'Empaire. Y desde el sábado 15 de abril, dos funciones unicas del montaje del libro de Antoine de Saint-Exupéry por el grupo teatral Actoral TEA⛓✝♡✝⛓ Cadenas clandestino. Esto es hoy, entonces no te duermas y reserva tu entrada: desde las 4:00 pm, en los espacios de La Poeteca en Caracas, habrá un homenaje nada convencional para arrancar la poesía de Rafael Cadenas de las páginas de los libros. Muestra de fotografías, conversatorio y un ritual poético-musical con Kara Febles, Gala Garrido y Wincho Schafer, entre otros

No voy a huir de esto: soy un emoji,y aunque no sé exactamente cuál soy,debo tener un propósito en este mundo.Estoy seguro.Emoji: La película (2017)Guarapita, un destilado deArepita