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Guarapita Distópica
🛠️Manuales de supervivencia para la distopía venezolana🛠️

Viernes 18 de febrero de 2022



[Fruta]

Futuros que se descarrilaron
Todo lo ve y todo lo sabe. Es omnipotente. La privacidad no existe y el pensamiento crítico y personal tampoco. Nada te pertenece. El sistema está diseñado para que colabores y te ciñas a él. La vida de Winston Smith te pinta el cuadro poco a poco. Levantarse a una hora específica, hacer ejercicio obligatorio, todo siempre delante de la pantalla; deben saber que cumples, que eres parte del rebaño. Trabaja en el Ministerio de la Verdad, donde se manipula constantemente la realidad para ceñirla al discurso que tenga el Gran Hermano en el momento. Tener memoria no es necesario, lo importante es mantener la fantasía. Hablamos de la archiconocida novela 1984 de George Orwell. Publicada en 1949, poco después de terminada la Segunda Guerra Mundial, fue una de las obras que surgió como consecuencia del totalitarismo en Europa y considerada “fundacional” del género junto con Un mundo feliz (1932) de Aldous Huxley y Fahrenheit 451 (1953) de Ray Bradbury. Si la utopía es la sociedad ideal, la distopía, entonces, es su fracaso; un mundo indeseable, perfectamente diseñado con engranajes que perpetúan la opresión. No es de extrañarse que el momento histórico influya en las obras. “Los géneros y los temas tienen su momento y llegan cuando el mundo en el que nos movemos nos lo pide”, dice la escritora Ana Teresa Torres, una de las primeras en explorar el género en el país con Nocturama (2006). Ese mismo año, Fedosy Santaella ya tecleaba el borrador de Las peripecias de Teofilus Jones (2009), que sigue a un clon, como llaman —y se llaman a sí mismos— a los funcionarios públicos, un eslabón más en la burocracia del Régimen Teocrático, Supremo y Soberano, que le encarga una particular misión, asunto de seguridad nacional. Su tono no es tétrico, más bien burlesco. Una sátira sobre el entonces presidente Hugo Chávez, alegorizado como el Gran Barbado, Sacerdote de la Nación y Supremo Presidente y también Glorioso Conductor de los Destinos Patrios. Vivía su esplendor a la cabeza de una de las naciones con las mayores reservas de petróleo del mundo. Santaella aún estaba en Venezuela —vive en México desde hace cuatro años— y su forma de buscar sentido era escribiendo. “A medida que investigaba el tema de los gatos, que está relacionado con lo sagrado, la divinidad, estaba ese proceso de endiosamiento de Chávez. Él era el padre, el hermano, el creador de historia, una especie de gran sacerdote, emperador. En su narrativa había una gran cantidad de símbolos, en la que él estaba elevándose por encima del colectivo y convirtiéndose en una especie de deidad. La revolución se estaba pareciendo a una teocracia”, explica Santaella, quien ve a las obras distópicas como “manuales de supervivencia”.
⚠️Manual de supervivencia ante distopía⚠️
Probablemente hayas crecido viendo Manual de supervivencia escolar de Ned (o no), pero si algo nos dejó esta edición de Guarapita es unos cuantos libros ojeados ¿Qué aprendimos? Te lo dejamos para que vayas preparando tu kit personal. 1. Pilas con la memoria (y la realidad). La abundancia o inexistencia de información tiene el mismo fin, que no distingas, no pienses, no actúes. 2. Ese papeleo no es de gratis. El documento de identidad, licencias para conducir, ¿permisos de salida del país? (hello, Ficciones asesinas) están diseñados para hacerte perder el tiempo y, sobre todo, controlarte. Krina Ber da en el clavo: “Las instituciones burocráticas en países totalitarios no están hechas para servir a la organización de la ciudadanía, sino para mantenerla ocupada y dominada. Además, contribuyen a implantar la obligación de realizar acciones absurdas como si fueran algo normal y necesario, o sea: a que la gente pierda la relación con la realidad”. Y si no, lee al mismo Teofilus Jones, orgulloso de su trabajo como funcionario público: “Rechazo el dinero solamente porque me priva del goce supremo de la burocracia, esa fracción de poder que se nos ha dado a los clones sobre el resto de los seres humanos (...) Yo soy el laberinto, yo te pierdo, yo te desespero, yo te manipulo a mi antojo”. 3. Reírte de vez en cuando no es tan malo. Se empeñan en masificarte, pero uno se empeña en tener vida individual. Otra vez, Ber nos ilustra: “La gente insiste, hasta en las peores condiciones de opresión, en pensar, soñar, amar, recordar, ayudarse unos a otros”.
Para la escritora Krina Ber el punto de partida fue su propio diario. Obra ganadora del XIX Premio Transgenérico de la Fundación para la Cultura Urbana, en 2021 llegaron a las librerías sus Ficciones asesinas. Es la vida de una escritora otrora publicada, Elizabet Rosenberg —o simplemente Bet—, su nieta Daniela y sus vecinos, el conjunto Mayoral. Puede ser bastante monótono entre ir días específicos al supermercado a ver si consiguen los productos que escasean, bajar a buscar agua en el sótano porque la bomba se dañó, perder tiempo en trámites imposibles... Pero una posible conspiración para asesinar a adultos mayores —y arreglar el déficit demográfico que dejó el Gran Éxodo— está en marcha y quizás Bet es la próxima. “No fue nada planificado. (¡Ojalá fuera capaz de planificar realmente una novela!) Tejía la historia y me divertía con inventar un régimen totalitario, absurdo y opresivo. No sé de dónde salieron sus detalles pero era fácil imaginármelos. Seguí la intuición de tratar que las instituciones, leyes y reglamentos de aquel país fueran muy distintos a los de Venezuela; en cambio, las vivencias de los protagonistas tenían que ser las conocidas, las nuestras (...) Ese tipo de regímenes pueden ser muy distintos, pero su efecto en la vida cotidiana de los ciudadanos es igualito”, dice Ber, que no solo bebió de la crisis venezolana, sino de su infancia en la Polonia comunista y de los recuerdos de sus padres sobre la burocracia nazi. Fue un alivio creativo para ella y no es extraño que Venezuela inspire este tipo de historias. “Los países sometidos a regímenes totalitarios de nuestra época son un caldo de cultivo de literatura distópica; sus habitantes pueden fácilmente reconocerse en ella, ya que su vida cotidiana a menudo parece un cuento de ese género”, agrega. Quizás por eso hay temas comunes en estas novelas, aunque desarrollen líneas narrativas distintas: precariedad, control, opresión, burocracia, escasez… No tienen la pretensión de que se cumpla, pero hay algo en el juego ficcional que sí apunta a la realidad. Como señaló Ana Teresa Torres: “Los escritores escuchamos crecer la hierba”.
[Caña clara]

¿Una Venezuela posapocalíptica?
Carl Zitelmann
te la tiene.
Ingeniero en Computación de la USB y cineasta, Carl Zitelmann tomó la novela Un vampiro en Maracaibo de Norberto José Olivares y la convirtió en su ópera prima en 2018. Cuatro años antes, ganó un Grammy Latino por el video “Flamingo” de La Vida Bohème. Justamente haciendo otro video, el de “Secreto” de Caramelos de Cianuro, viajó a la Península de Paraguaná y tuvo una de las experiencias más perturbadoras de su vida. Allí nació lo que hoy es Choro 2021: una distopía bolivariana. El libro sigue a un cuarentón que cabalga buscando elementos que lo ayuden a subsistir en el país después del Día Cero. Fragmentado y desconectado, el orden es la anarquía. Solo quedan nirgüens y PPZ o como él los llama, pipisetas. Con casi cinco años en México, amplió el universo a un videojuego, quiere hacer un cómic y a largo plazo una serie, pero poco a poco.—¿Qué significó para ti, emocionalmente hablando, llevar la realidad venezolana a su peor forma posible?—Fue una forma de hacer catarsis y ver las cosas malas con un grano de humor. —¿Hay algo de ti en el protagonista?—Inevitablemente. Él es Tyler Durden y yo soy el narrador.—¿Cómo un ingeniero en Computación terminó siendo cineasta/escritor?—Mi lado científico siempre ha estado en conflicto con mi lado creativo, y esto me ha llevado a pasar por muchas etapas en mi vida profesional. Con el videojuego, creo que he logrado reconciliar a esos dos personajes: el ingeniero y el artista. —Varios libros con tintes distópicos chocan con la realidad, se mezclan con la fantasía y llegan a un punto en el que la línea es difusa...—Por suerte para mi país, en este caso, la realidad aún no ha alcanzado a la ficción. En lugar de zombies, lo que ha proliferado han sido los bodegones. —En comparación con otras distopías, por ejemplo, el archiconocido 1984 de Orwell, el final de tu libro es esperanzador. ¿Crees que puede haber algo de fe en medio del apocalipsis?—El apocalipsis siempre trae consigo un renacimiento. Es el final de una era y el comienzo de algo nuevo. Así lo quise ver en Choro 2021. —¿Cómo fue surgiendo el universo alrededor? ¿Qué te llevó a hacer un videojuego?—La pandemia. Al estar encerrado en mi casa, para no volverme loco, me puse a programar de nuevo. Iba a hacer un juego que tenía en mi cabeza desde los 13 años, pero unos amigos sugirieron que hiciera Choro 2021. Cuando abrí el libro de nuevo, me di cuenta de que cada capítulo era como el nivel de un juego tipo “Castlevania”, con sus enemigos, sus tesoros y un boss final. —Es un libro, un Twitter, un videojuego, una página, ¿Qué podemos esperar del cómic? ¿Qué puedes comentar sobre eso?—Me encantaría hacer un cómic y también una serie animada, pero por ahora me voy a enfocar en terminar el juego.
[Melao]

La profesora y critica literaria
nos orientó para esta edición. De ñapa nos dijo que esta escena de El planeta de los simios (1968) es "simplemente impactante"
Creadores de distopías, impactados por otras distopías. Los escritores nos cuentan la escena de una película/serie/libro del género que les haya marcado especialmente: 📌 Carl: En Mad Max: Beyond Thunderdome, la escena en la que los niños perdidos suben al fuselaje del 747 y esperan que Max los lleve a casa. 📌 Krina: La serie The man in the high castle, dirigida por Ridley Scott y lanzada en 2018, plantea un escenario en que los Aliados han perdido la Segunda Guerra Mundial y el territorio de Estados Unidos está dividido entre Japón y la Alemania nazi. Un excelente escenario distópico. Algunas escenas, especialmente las de Nueva York bajo el régimen hitleriano. son escalofriantes. 📌 Fedosy: La escena del padre con su hijo en un búnker en el libro La carretera de Cormac McCarthy. El hijo está metido en la bañera y el padre le está cortando el pelo en medio del fin del mundo. Esa es una imagen muy hermosa y habla de lo que es el ser humano: ha llegado a la destrucción total, no hay comida en las calles, los hombres no son zombies, pero se devoran entre ellos, y el hijo y el padre han descubierto un búnker y allí el padre le corta el pelo. Que eso suceda en la más extrema de las situaciones es poesía pura.
[Lo recién embotellado]
🎨 El Centre Català de Caracas (Centro Catalán) promueve la lengua y la cultura de Cataluña en Venezuela y allí también te puedes encontrar con actividades recreativas, deportivas y artísticas. Pinzellades (Pinceladas), un taller de pintura para adultos, será dirigido por el artista plástico Iván Guerrero el sábado 26/02 desde las 11:00 de la mañana. Sigue las pistas por el camino de este post💔 Oculta detrás de cada 14 de febrero, queda regada una legión del desamor. No sabemos con precisión si existe un Día Internacional del Despecho, pero informalmente lo ha decretado el cantautor Eudomar Chacón este domingo 20 de febrero en el BOD (11:30 am, Bs 60). El concierto para los enguayabados recorrerá lamentos de Luis Miguel, Julio Jaramillo, Armando Manzanero, La Lupe, Juan Luis Guerra o Simón Díaz 😴 ¿Eres de Maracaibo? ¿O estarás por allá llenándote de calor humano el sábado 26/02? La Embajada de Países Bajos (debería emplearse en vez de “Holanda”) auspicia un espectáculo de danza inclusiva: utiliza lenguaje venezolano de señas para la comunidad sorda y se inspira en un poema neerlandés, “Por todas partes la gente duerme” de Thomas Möhlmann (Baarn, 1975). Kanalen, del grupo Danzaluz de la Universidad del Zulia, se desplegará en el Centro de Bellas Artes maracucho y la entrada es gratuita🐦 Este fin de semana es para contar aves en el cielo. Durante al menos 15 minutos, cuenta e identifica los plumíferos que ves en cualquier punto de Venezuela donde estés y únete a una actividad global de la Sociedad Audubon y la Cornell University de NY. Para saber qué pájaro es tal o cual, ayúdate con la aplicación de celular recomendada por Audubon Venezuela. El domingo 20 en el Parque del Este de Caracas, desde las 7:00 am, habrá una actividad presencial de avistamiento de amigos alados
Mira el mapa de esta ciudadgrabado en un papel con arrugas sacado de la basura¿Hueles esa podredumbre?¿Sientes el filo cortando tus manos?Esa es la pulpa de estas avenidas.
Extracto del poema CiudadLos futuros naúfragos, Yéiber Román
Guarapita, un destilado deSoy Arepita