- Arepita
- Posts
- Guarapita - Literatura para mamá
Guarapita - Literatura para mamá
¡Mira, mamá! Entrevisté a Karina Sainz Borgo y Héctor Torres 🤓

Viernes, 7 de mayo de 2021



[Fruta]

Karina Sainz a puño y letra, y sin morderse la lengua. Retrato: JEOSM
Guayaba, guacuco, melao, salitre… Karina
Karina Sainz Borgo (Caracas, 1982) escribe en su biografía que nació “cuando todo estaba a punto de incendiarse”. Al año siguiente ocurrió el Viernes Negro. Es nuestro nuevo gran orgullo literario en el mundo. Su novela La hija de la española (2019) ha sido traducida a más de 20 idiomas. En abril ganó el O. Henry Prize por el relato corto Tijeras, sobre una familia de venezolanas que venden sus cabellos en Cúcuta. En sus letras suele estar abierta la herida del desarraigo. Tuvimos el honor de que nos contestara un cuestionario desde Madrid. Karina escribe tan bonito, y es tan sabia, que mejor no posterguemos más este placer. Su otra pasión: la ópera. “Es el lugar de las emociones totales. El componente escénico y musical hacen posible que el guión de la ópera estalle en la cabeza de quien la escucha. Es aquello de prima la música, dopo le parole: la música precede y al mismo tiempo amplifica la palabra, al igual que ocurre en la tragedia clásica, la comedia del Siglo de Oro o el teatro isabelino. Hay un tempo, un ritmo, un color… No puedo evitar emocionarme con el conflicto que plantean, por ejemplo, el dúo de Aida y Amneris, es decir, una esclava y una princesa, o el coro de los esclavos, el Va pensiero, del Nabucco de Verdi: (¡Oh, patria mía, tan bella y tan perdida! / ¡Oh recuerdo tan querido y tan fatal!). Que hable de las orillas del Jordán y las torres derruidas de Sión puede que sea lo de menos. Es la melodía de la pérdida. Los judíos añoran su tierra, como otros la suya” La pregunta necia de costumbre: su próxima novela. “Llevo meses perfilándola y preparando documentación. Será una saga familiar. Es el gran género del XIX y XX, y permite explorar el choque de mundos y generaciones, algo que me obsesiona. Las historias familiares son casi siempre políticas y crepusculares. En cualquier caso, creo que transito un camino que conduce a las raíces, sean cuales sean” Sus palabras favoritas últimamente. “Hay un repertorio de palabras que sobrevuelan mi cabeza desde hace mucho tiempo: ira, culpa, sangre, tierra, memoria, origen, viaje, desarraigo, muerte, transformación, familia, país… y si siguiese enumerando diría: guayaba, guacuco, melao, salitre. Están ahí y escasamente puedo controlarlas. Siendo distintas, creo que se comportan como sinónimos las unas de las otras. Busco mi lugar en el mundo escribiendo. Rastrillo la página en blanco como si fuera un patio de tierra. Por eso todas esas palabras describen un sentimiento que me imanta y me impulsa a escarbar, como si buscara agua en un desierto” Su paisaje más añorado de Venezuela. “A veces quiero viajar a la GAN, donde vi por primera vez un Reverón y un Claudio Perna. Al Maccsi, donde descubrí a Duchamp, y al MAO,donde vi expuesto un Tunga. No transcurre un día sin pensar en esa Venezuela furiosa y al mismo tiempo promisoria: los edificios del Silencio, las escalinatas del Calvario, las caminerías de los Caobos, las esquinas de la Baralt, la Cota Mil, y también las calles de San Bernardino, al pie del Ávila, esa montaña preciosa y amenazante, el caos de Petare y ese olor agrio y dulce de Catia, y los libreros de la Urdaneta, y la Pulpería del Libro y acaso, cómo no, los cafés de Chacaíto donde antes los poetas tomaban jugos de lechosa aunque se bebieran el día antes todo el whisky de Escocia”. También nos habló del movimiento #MeToo, la relación entre literatura y género, las nuevas tecnologías y hasta un pelo de las recientes elecciones en Madrid. Aquí tienes a Karina sin tijera ni desperdicio 🚫✂️
[Caña clara]

¿Por qué leemos historias duras en tiempos difíciles? Pilla la impelable TED Talk de Héctor Torres
"Eso que señalas es un espejo"
–¿Qué libro recomendarías para estos días?–En estos días pandémicos y náufragos de la Venezuela de hoy se mezcla una terrible impresión de que nada está pasando, que produce una enorme desesperanza, con la vertiginosa sensación de que en las redes todo el mundo habla y nadie escucha. Es como si las redes fuesen hechas para distraernos de esa nada que son los días, haciéndonos creer que hacemos sin hacer. Para un contexto como ese, bien valen lecturas que nos lleven a entender que somos parte de un todo que es la historia de la Humanidad y que nosotros somos apenas un eslabón de una cadena que nos desborda. En ese sentido, libros como Sápiens, de Yuval Noah Harari; o incluso el que acabo de terminar de leer: El infinito en un junco, de Irene Vallejo, ofrecen esa mirada desde la suficiente distancia para que perdamos el afán por querer sentirnos en control de nuestro momento. –Si tuvieras que definir a Venezuela en una obra, ¿cómo la llamarías?–Un título apropiado sería algo así como "Eso que señalas es un espejo". Hay que reconocer que como título no es nada atractivo, pero encierra una realidad que a los venezolanos conviene tener siempre presente: que ese al que señalas es el otro lado de lo que veríamos como nosotros mismos si lo viéramos desde el centro. Somos muy dados a acusar, a señalar, a encontrar el problema en el otro. Y el otro no es más que un espejo en el que vemos reflejado, con su oportuno camuflaje, lo que no queremos ver en nosotros. Quizá un editor prudente lo reduciría a "Eso también eres tú". –¿Venezuela muerde?–Según cierta crónica de la época de la llegada de Colón a estas tierras, a los caribe se les tenía por un pueblo guerrero agrupado en clanes familiares llamados cacicazgos, que vivían en casas separadas unos de otros. Que invadía los territorios vecinos y que practicaba la antropofagia. No sé qué tan cierto sea eso, pero ponlo en clave metafórica y no te sentirás muy lejos de ver allí representadas ciertas dinámicas sociales que nos han caracterizado en muchos ámbitos. Todo esto para decir que sí, sea por rabia o por apetito, pero sin duda muerde. Aunque en realidad, más que Venezuela, se trata de los venezolanos.
[Melao]
El Día de las Madres es este domingo y, aunque les toca a ellas ser las festejadas y recibir regalos, también es una bonita ocasión para recordar algunos de los regalos que ellas nos han dado. Para esto, le preguntamos a nuestros Arepanitas: ¿Qué libro/pieza literaria te recuerda a tu mamá?
Arranca Karina Sainz Borgo, invitada especial: "Corazón, de Edmundo de Amicis. Fue el primer libro que mi madre leyó y que debió de marcarla de alguna manera. Cuando lo leí, ya con una edad, entendí por qué. Siempre que pienso en Amicis, mi mamá viene a mi mente"
Para Elías es El Principito, el primer libro que leyó solo y también fue el de su mamá. El mismo ejemplar y todo. Todavía lo tiene guardado para que, si decide tener hijos, ellos también continúen la tradición.
Gabriel recuerda a su madre con El Bebé de Rosemary… ¡pero no por lo que pueden pensar! Es que le tenían prohibido ver la película de niño y terminó leyendo el libro a escondidas. Evidentemente, se asustó. Quién te manda.
Braulio piensa en ella con Por culpa de la poesía. Su mamá era maestra y asignaba esa lectura para sus alumnos. A ambos les gustó tanto que hicieron de leer libros de Armando José Sequera una actividad en conjunto.
La mamá de José le regaló Cazadores de microbios, que recopila biografías cortas de hombres de la ciencia, entre ellos Anton van Leeuwenhoek, inventor del microscopio. #funfact: José ya adulto terminó viviendo a 11 km del sitio donde van Leeuwenhoek hacía sus experimentos.
Para Irene, su mamá es el poema Cultivo una rosa blanca de José Martí, a quien estudió mucho por vivir toda su adolescencia en Cuba. Su abuelo volvió a la isla luego de la revolución para vivir en la nueva Cuba soberana. Ya sabemos qué pasó ahí.
[Lo recién embotellado]

Doce margaritas y un estreno: escucha el álbum que Nella Rojas estrenó ayer 🌻
Los Amigos Invisibles andan de ver y no tocar. Si la semana pasada fueron noticia por la nominación a los Premios Heat, ahora lo son por el estreno de su nuevo sencillo disponible desde hoy en todos lados: EH EH OH OH.
¿Cómo recitar el cumpleaños feliz? La Fundación Poeteca cumple hoy tres años con sus puertas abiertas y lo celebra en la víspera del Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas. Mañana hay un encuentro virtual con el jurado y aquí te puedes anotar.
Para bajarle al estrés: Anakena montó un mini concierto en YouTube y sacaron al ruedo La Península, su reciente sencillo que habían grabado antes de la pandemia, pero que nunca llega tarde para calmar las aguas.
Cuando las ganas (de vacilar) se juntan: el humorista Emilio Lovera anunció que está cocinando una película con el también comediante rocheliano, Gilberto González. ¿De qué va? Pregúntate después de reír.
Mamá se mueve como una medusa químicamente pura(Enza García Arreaza)
Guarapita, un destilado deSoy Arepita