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Guarapita multisápida
Perdiste el ají dulce, pero a lo mejor ganaste la alita de pollo irlandesa 🍀

viernes 5 de agosto de 2022



[Fruta]
En todas partes cuecen habas

🦘 (๑ᵔ⤙ᵔ๑) 🦈
Los venezolanos están llevando la arepa al mundo. Eso ya lo sabemos todos. Ahora: ¿qué sabores no tan familiares están atesorando nuestros panas en el mundo para sus memorias gustativas? Toda experiencia migratoria es una autopista de intercambio cultural en dos sentidos.Hoy no nos vamos a poner con mucha literatura. Vamos al grano: tomamos a un grupete de venezolanos que viven o han vivido fuera. Algunos de ellos ya los conoces de otras Guarapitas (o de las Masas Migrantes de Arepita). Les hicimos tres preguntas simples: 1. Lo más extraño que has comido afuera, en general; 2. Lo más agradable. 3. Lo que más te ha gustado (lo guardamos para el Melao).
La tiendita exótica 🤠
Lechner (caraqueño en Ucrania): «Una carne, ya sea de pollo o de res, que convierten en gelatina. A los ucranianos les fascina ese plato y pues yo realmente nunca lo he podido pasar. Solamente lo probé una vez y hasta el sol de hoy más nunca. Y en todas las fiestas, en todas las reuniones familiares, siempre está ese plato presente»Daniel (hijo de Claudio Nazoa y chef en Toulouse, Francia): “En la República Checa, la sopa navideña del pescado carpa del río Moldava de Praga. Es un pez muy grasoso que sigue moviéndose después de muerto. No sé cómo sucede esto. Incluso después de fileteado y de que le cortan la cabeza»Hilenia Andrades (ultramaratonista): «Arroz con jabalí durante una competencia en la Patagonia argentina. Recuerdo que estaba alojada en una casa en la que abrí la nevera y había cinco jabalíes congelados» Gustavo (New York): «Estuve en un viaje de trabajo en Riyad, la capital de Arabia Saudita, y fuimos al restaurante más famoso de la ciudad. Nos sirvieron la comida en una alfombra, ¡no había mesas! Y varios platos tradicionales, entre ellos camello. Una carne muy parecida a la de res pero mucho más gelatinosa, con mayor contenido de colágeno»Chuchú (Australia): «Compré carne molida de canguro en el automercado. La venden en bistec o salchichas también. El australiano común no la consume, la verdad. Uno de ellos me dijo que se consideraba carne de baja categoría porque paradójicamente los canguros se han convertido en una plaga»Caryna (Islandia): «Tiburón fermentado. Una comida típica de Islandia. Sólo lo probé una vez. ¡Sabe a rayos!»Paula Andrea (vive en Medellín): «No quise probar las orejas de cerdo. Aquí aprovechan el ganado porcino y el vacuno completos, desde las entrañas a cualquier parte del animal. Y la verdad es que no me quise apuntar»Ana Victoria (vive en Hungría): «Tejfölös túrós tészta lekvárral, o sea, pasta con ricota y mermelada. Súper raro comer pasta con dulce. No está mal, pero raro»Wendy (ha vivido en Ecuador y México): «Chapulines (saltamontes) picantes en Monterrey. Dan miedito de entrada, visualmente. Crees que se van a despertar. Pero está tan tostado que sabe buenísimo, parece como maíz muy tostado y el sabor picante es una locura. En general el picante es otra cosa que termina siendo qué miedo y luego es qué sorpresa más maravillosa. Y una hamburguesa de pan de donuts en Quito»Eloísa (vive en Suráfrica): «Una vez me comí este pájaro salvaje. En general se come mucha carne de animales que jamas en tu vida te imaginas que se pueden comer. Regularmente compro carne de avestruz, la venden en el supermercado como algo común y corriente, es roja y riquísima. Y la cola del búfalo africano. No es mi plato favorito, la verdad, pero mis suegros la hacen muchísimo»
Haciendo de tripas corazón 🤢

Betzabeth Argüello (luchadora olímpica): «La primera vez que fui a competir en la India bajo a almorzar en el hotel, había buffet libre... Yo con muchísima hambre, me quería comer todo y resulta que me sirvo y era demasiado picante. En la India toda la comida pica horrible. Nivel Dios. Salgo del hotel y voy a un McDonald's, porque de verdad tenía mucha hambre, pido la hamburguesa... Y bueno. Lo mismo. Casi muero. Perdí mucho peso por esa situación. Nada facil. Hasta la pizzas tienen picante. Los niños comen el picante como si nada. Es sorprendente»Hilenia: «Llegar de la Venezuela de la escasez a Argentina, más o menos en 2017, y ver que nos servían arroz y lentejas, en vez de un bistec»Gustavo: «Un amigo recién llegado de Filipinas nos dio a probar el balut, que es un huevo de pato ya fertilizado, con su embrión dentro que se cocina igual que un huevo cocido. Para ellos es una deliciaLolo Bellorín (surfista): «Un gallo que me sirvieron recién sacrificado en Indonesia, lo escuchaba cantar en las mañanas»Lorena (Inglaterra): «La cantidad de comidas congeladas listas para el microondas. De los platos tradicionales, el Scottish pie, una especie de pastel tipo lasaña pero con puré de papas intercalado con carne molida. No me agrada su textura, ni su presentación. Mucho menos, el Haggis, y eso si no lo he podido probar, que es un plato tradicional con vísceras de oveja o cordero. Tampoco me agrada el excesivo uso de vinagre de los ingleses»Niuska (venezolana en Irlanda): «Piftie de Porc: lo comí en Rumania. Es un plato hecho con puerco, gelatina y verduras, se come en invierno y en Navidad; ni pude probarlo»Ana Victoria: «Kocsonya o gelatina húngara de cerdo. Uñas, nariz y orejas... Las puedes ver»Paula Andrea: «A la tizana de frutas, que aquí le dicen salpicón, en Medellín le ponen helado. Hasta ahí todo bien… Pero además le añaden un extra de queso y la gente se desvive por eso. Imagínate comer tizana a lo venezolano, pero con queso llanero rayado encima. ¡Guácatela!»
[Caña clara]
Dulzura es lo que nos sobra

Si pasas por su Instagram, verás que ya es uno más de los nuestros: Jiri Rönkä y su cocina nórdica made in Venezuela está para conocerse
Si te dicen que un finlandés se vino a vivir a Venezuela por amor, ¿qué pensarías? Un fanático de la banda británica Carcass que terminó en Caracas. Un chef que no es que mezcle el sabor nórdico con el criollo, porque para él, nos parecemos más de lo que creemos. Jiri Rönkä es todo eso: su travesía por Helsinki y Australia puede llamar la atención y hasta hacernos intuir que lo que sale de esa dispensa es exótico. Pero nada que ver. A Jiri le das una buena hallaca y una caña clara como esta, y lo verás sonreír de oreja a oreja:–¿Qué diferencia al paladar venezolano de otros sabores del mundo?–El paladar venezolano es muy suave, sensible y muy específico. Muy similar al paladar del norte de Europa. A ambos nos gustan los sabores suaves sin usar demasiadas especias. A los venezolanos les encanta su comida un poco dulce, como la harina de maíz que hace que las cachapas tengan un sabor dulce. Y a los finlandeses nos gusta la dulzura de nuestras papas. ¡El paladar venezolano también está muy abierto a probar otro mundo de sabores! Eso ha sido hermoso para mí. Muchos venezolanos han probado mi cocina nórdica moderna y la respuesta ha sido genial, les encanta. Tengo que decir que somos muy similares, –¿En qué lugar ubicarías a la cocina venezolana con otras que conoces?–La cocina venezolana, bajo mi punto de vista, tiene un lugar especial en los países latinoamericanos. La comida de todos los días en Venezuela es cariñosa, reconfortante, hecha por una mamá amorosa para niños pequeños, sonrientes y gorditos. Cachapas, hallacas, arepas y el pabellón son mis platos favoritos. Y la increíble cultura que tienes aquí con los mejores restaurantes de comida venezolana. Los restaurantes que amo: Atrio, Moreno Restaurante, La Casa Bistró. ¡Todos increíbles a su manera!–¿Qué es lo que más te gusta de la gastronomía venezolana? ¿Y lo más extraño?–Lo que más me gusta es el uso del maíz y el coco de muchas maneras creativas en la cocina diaria. Creo que es asombroso. Lo más extraño de la cocina venezolana es la cocina amazónica de Canaima, donde la gente usa muchos insectos para cocinar. Eso es algo muy raro e interesante para mí.–¿Una receta finlandesa que pueda hacer un venezolano en menos de 20 minutos?–Un postre finlandés, llamado blueberry milk. Es muy fácil. Compra unos arándanos frescos de buena calidad, ponlos en un plato hondo y vierte leche entera en el plato. Es un postre finlandés clásico que a todos los niños de Finlandia les encanta. ¡Debería hacer mi versión de ese postre!–Todo lo que solemos escuchar de que las arepas son queridas en todo el mundo, ¿realmente sucede?–Me encantan las arepas. Y me parecen increíbles y una versión muy saludable para el pan y las hamburguesas que comemos en exceso. Además, las arepas son naturalmente libres de gluten y lactosa, así que a muchas personas en Europa también les encantaría. Sería genial tener arepas en todas partes del mundo. Tenemos arepas en tres cafeterías de Helsinki, pero creo que no venden Harina Pan en Finlandia, por ejemplo. Y para las mejores arepas, realmente necesitas tener en el budare Harina Pan. ¡A mi mamá en Finlandia le encantan las arepas!–¿Cuál crees que es el plato venezolano más difícil de hacer?–Hallacas y casabe son los platos venezolanos más difíciles de hacer. Si alguien me puede enseñar a hacerlos, genial. ¡Me encanta comerlos!
[Melao]
Te terminó encantando

No estamos descubriendo el agua tibia, pero un ceviche en el mismísmo Perú... «es simplemente maravilloso. Así sea en un mercadito, como tienen el Pacífico ahí mismo, la calidad de pescados y mariscos sea de primera. Un equilibrio perfecto de sal, limón, ají que hace que el pescado bote sus jugos y quede al final del plato la famosa leche de tigre», evoca Gustavo Castañeda desde New York
Luza (Japón): «El sushi es lo que más se conoce de comida japonesa en el mundo, pero lo que menos como aquí es sushi. La variedad de la cocina nipona es extraordinaria. Aunque soy alérgica a ciertos productos marinos como el pulpo y debo ser precavida, aquí descubres cosas realmente deliciosas como el chanpuru de la isla de Okinawa (que incluye goya o o melón amargo), el okonomiyaki o pizza japonesa y las onigiri o bolas de arroz. En este país aprendí realmente a apreciar los vegetales, que en Venezuela me daban igual»Lolo Bellorín: «la hamburguesa de tiburón en Trinidad y Tobago»Niuska: «Como dice la canción de Guaco, cada región tiene sus cosas sabrosas. El jambon de Irlanda se consigue como desayuno y es un cuadro de masa de hojaldre rellena de queso crema y jamón; las amo porque me recuerdan un pastelito maracucho. Y las chickens wings que son alitas de pollo fritas, pero bañadas en una salsa naranja picante casi del mismo color del cabello del irlandés genéticamente puro; le da un toque único»Chuchú: «El café australiano es excelente. Creo que esa ha sido una súper grata sorpresa»Eloísa: «El pap es como un bollo de arepa aguado gigante, o como un puré de papa. Y tiene la misma esencia de la arepa: es la base de toda la alimentación popular en Suráfrica. Se come con chakalaka, vegetales en aceite y con bastante picante. A mí esa vaina me encanta»Daniel Nazoa: «Es muy raro conseguir una preparación de maíz en Francia, pero en Pezenas, que queda al lado de una población nudista (Cap D’Age), comí un postre extraordinario que es prácticamente lo mismo que una cachapa venezolana, con algunas pequeñas diferencias locales: millas»Lorena: «Los chocolates de Inglaterra, las distintas variedades de sidra, la tradicional de manzana, pero también de pera y de frutas variadas. No se parece nada a la sidra española. El tradicional roast dinner de los domingos, que consiste en carne generalmente al horno. Puede ser pollo, una pieza grande entera de carne de res, cordero o cerdo, y vegetales variados donde no faltan zanahorias, papas al horno o al vapor, coliflor con queso, brócoli, guisantes, etc, todos bañados en la tradicional salsa gravy. También el famoso Full English Breakfast: salchichas, huevos fritos, tocineta, champiñones, rebanadas de pan (a veces frito también), black pudding (especie de morcilla, lo único que le quitaría), judías baked beans y una especie de mini tortica frita de papas llamada hash brown. Puede mantenerte con el estómago lleno por el día entero, pero también con una sobredosis de colesterol por semanas»Ana Victoria: «La comida húngara es deliciosa, todo sabe casero, lo que llaman comfort food. En presentación se llevan un 5 sobre 10. Pero en sabor, 10 sobre 10. Kürtős kalács (torta de chimenea): la corteza del pan con azúcar y canela. ¡Divino! Rákot krumpli: pastel horneado, con capas de papas, crema agria, huevo sancochado y chorizo húngaro (kolbász). De nuevo: se ve patético, pero sabe a gloria. Mi favorito, el mejor de lo mejor: libacomb, lilakáposzta es hagymás krumplival. Muslo de ganso, con repollo morado agridulce y papas con cebolla»
Maíz transculturado y rábanosde un lado a otro intercambiésin pena de confusión.Al soberbio plátano lo humillé.Lo hundí bajo el pesode ingredientes baratos,y a la papaella siempre tan tolerante y translaticiala revolví entre sofisticadas legumbresde insipidez asiática
Guarapita,un destilado deArepita