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Guarapita nipona
Así ven a ベネズエラ (Venezuela) desde Japón 🗻

Sábado 23 de octubre de 2021



[Fruta]

"El jazz es en gran parte improvisación, y la música venezolana también": Yuki Takeda se define como políglota y cuando no está traduciendo cine venezolano, toca joropo y es Campeón Mundial de Silbido (sí, es real).
¿Qué pensarán de nosotros en Japón-pón?
Cuando la curiosidad no mata al gato, le abre las puertas a lugares que ni se imagina. Así le pasó a Yuki Takeda: una temporada viviendo en México y ganas de conseguir créditos tocando música hicieron que se matriculara en la clase de Introducción a la interpretación de música latinoamericana en la Universidad de Tokio, con el profesor Jun Ishibashi. Al final del curso, el antropólogo había logrado enamorarlo de la música venezolana y reclutarlo para la Estudiantina Komaba. Ahí, hace 11 años, nació el cuatrista y aficionado de este terruño al norte de Suramérica: ベネズエラ, que se pronuncia algo así como Benezuera.Desde 2018, Yuki apoya en la traducción de subtítulos para las películas del Festival de Cine Venezolano en Japón, una iniciativa de un grupo de criollos en el exterior para dar a conocer nuestra cultura en el país asiático. Por su experiencia tratando a músicos venezolanos y siendo su intérprete cuando visitaban Japón, él era el hombre para el trabajo. Y, viendo lo que vino después, el oficio se sumó a los acordes para hacer de las suyas en el nipón.Luego de 4 largometrajes y alrededor de 6 cortometrajes subtitulados, Yuki dejó el acento mexicano y ahora habla español casi como un venezolano, “pero pronunciando las ‘s’ al final de las palabras”, dice y se ríe. Se estrenó en este puesto con La Distancia Más Larga (2013): “Al principio, la vi como cualquier película, no pensaba mucho en dónde estaba situada, pero la disfruté mucho. Cuando traduje otras películas como Pelo Malo, que habla un poco de racismo, y Papita, Maní, Tostón fue cuando vi más de Venezuela, porque es muy claro que está situada allá”. Para él, los cineastas venezolanos se destacan por la intencionalidad de sus productos, que comunican mensajes claros.
«Sin duda vivimos cambios vertiginosos en medio de una pandemia. A pesar de que muchos países han realizado jornadas de vacunación exitosas, creemos vital cuidar de la salud de todos. Por eso hemos decidido ofrecer lo mejor del cine venezolano de forma online. Y lo más importante es que al comprar la entrada colaboras con la Fundación Psiconecta en Venezuela»
Luza Medina González, directora delFestival de Cine Venezolano en Japón
Naomichi Kojima —Nao para los panas— lo confirma. Bajo la supervisión de Takeda, el joven de 28 años hizo los subtítulos de Hijos de la Sal (2018) y sumó su primera participación en el festival este año. El largometraje muestra la vida de dos hermanos en las salinas de Las Cumaraguas (Falcón) tras la muerte de su padre y, muy de acuerdo con lo que se ve en pantalla, Nao comenta que la banda sonora lo hizo sentir “angustiado”. A él la cultura venezolana le llegó de forma mucho más íntima. Estudiante de español desde los 21, hace 3 años que se mudó a Barcelona, España y se enamoró de una venezolana que ahora es su novia. Ella también fue su nexo con el festival. De la película, rescata dos aspectos que lo impactaron y contrastan con las formas japonesas: el espiritual (“Hay una escena en la que todo el mundo está rezando, y los japoneses no somos muy religiosos”) y el familiar. De este último, resalta lo apegados que son los venezolanos a los suyos, tanto en el cine como en la vida real: “Todos los días llaman a la familia o hablan con alguien, como un tío o tía. Por ejemplo, yo llamo a mi madre una vez a la semana. Mi novia llama a la suya todos los días, así no haya tema de conversación”. A través del Festival de Cine Venezolano en Japón, Yuki y Nao consiguieron una ventana hacia las historias de un país a miles de kilómetros del suyo, que tal vez la mayoría de sus connacionales ni siquiera puede señalar en un mapamundi. “Me parece que el festival es fenomenal porque, lamentablemente, la mayoría de los japoneses no conoce la situación de Venezuela. Espero que, con este festival, los japoneses se interesen más por la cultura venezolana y latina. Es un primer paso hacia la amistad”, asegura Nao.De los venezolanos, ambos destacan la amabilidad y la jocosidad como características distintivas. Yuki dice que “siempre la pasa bien” cuando está con nuestros músicos porque, aparte de talentosos, son chistosos. Nao es fan de la reina pepiada y se carcajea cuando dice que estamos siempre puestos para la rumba, especialmente en Navidad: “Todo el mundo come hallaca y escuchan gaitas”. Desde hace años, en Japón tocan las suyas. El festival tal vez sea otro paso hacia nuestro dominio total del mundo.La cuarta edición del Festival de Cine Venezolano en Japón estará realizándose de forma online hasta el 6 de noviembre. Adquiere tus entradas en su página web.
[Caña clara]

"Tienen más vínculos con nosotros que con otras culturas" 🎎
En 2021, los síntomas de una “gripecita” pueden generar pánico y ansiedad. A Nelson Acosta (caraqueño de 32 años), un termómetro en 38 grados le cambió la vida. Estaba en edad de preescolar, su mamá le dijo: Nelson, no vayas a la escuela hoy, el pequeño Nelson se quedó viendo Televén y justo ese día coincidió con el estreno del anime Los Caballeros del Zodiaco (Saint Seiya, 1986-1989). Aquella fiebre le convirtió en fiebrúo del cine y toda la cultura pop de Japón. “Siempre me quedo pensando qué tan diferente sería todo si ese día no me hubiera enfermado”, fantasea el hoy profesor, traductor y miembro del Círculo de Críticos Cinematográficos de Caracas.🏯 Momentos de mayor tripeo con el cine japonés: "Ese final de Ran (1985) de Akira Kurosawa, con aquel castillo quemándose, es muy impresionante. De hecho, si conoces Macbeth de Shakespeare no hay muchos spoilers y puedes sentarte a ver la ejecución del cineasta. Dirigió esa película cuando ya tenía 75 años de edad, y Kurosawa solo dejó de hacer cine porque era un ser humano y tenía que morir. Y mi primera vez ante Ichi the Killer (2001) de Takashi Miike, un director que básicamente ha hecho de todo, desde el horror hasta cintas para toda la familia. Ichi the Killer es extremadamente violenta, sin ninguna inhibición. Yo era un chamín y sentí que estaba viendo algo prohibido, algo que no había visto nunca en mi vida".🔗 Un eslabón perdido entre las culturas de Venezuela y Japón: "Cada vez que he compartido con japoneses, me parece particularmente gracioso cuando se enteran de que yo soy venezolano y no me gusta mucho el beisbol. Es, de lejos, el deporte más popular en Japón. Entonces yo le digo: ¿a ti te gusta el kendo? ¿No mucho, verdad? Bueno, es exactamente lo mismo. Yo diría que un japonés viniendo para Venezuela disfrutaría muchísimo. A ellos les atrae mucho la música tropical. Imagino que a un venezolano también le encantaría ir a Japón y encontrar que todas las cosas funcionan. Sentimos que, por la distancia, casi todo nos separa. Pero si hubiera un momento en el que ambas culturas pudieran compartir de manera más abierta, encontraríamos que hay mucho que nos gustaría intercambiar. Por eso siento que la pasión de los latinoamericanos por la cultura pop japonesa es mucho mayor que la de los estadounidenses o los europeos".👹 Por dónde empezar si no has visto nunca cine clásico japonés: "Primero que nada por Harakiri (1962) de Masaki Kobayashi, que es una película de 10 sobre 10, se ve pulcra de aquí a la eternidad. Obviamente, si quieres cine de samuráis, casi toda la obra de Kurosawa se enfocó en ese aspecto, pero la cinta de Kobayashi es mucho más representativa del género. Lady Snowblood (1973) es una película de la que Quentin Tarantino admite abiertamente que se ha robado muchas cosas. De Yasujirō Ozu, que representa más al cine japonés actual porque ya no se hacen esas grandes producciones como las de Kurosawa, Tokyo Story (1953): corta y efectiva. También tenemos una cinta que la podríamos definir como la Casablanca del cine japonés: Love Letter (Koibumi, 1953), de Kinuyo Tanaka —la segunda mujer nipona que hizo carrera como cineasta—. Más reciente, Tampopo (1985), de Juzo Itami, que tiene un feeling de western y es sobre un restaurante ramen en el que la comida de una mujer cambia la vida de sus visitantes".🦖 Cinco más recientes para meterse un maratón nipón: Cure (1997) de Kiyoshi Kurosawa (terror psicológico); Shin Godzilla (2016) de Hideaki Anno (kaiju o cine de monstruos); Shoplifters (2018) de Hirokazu Koreeda (drama familiar); Battle Royale (2000) de Kinji Fukasaku (impelable para los gamers); y Love Exposure (2008) de Sion Sono, una especie de Cien años de soledad nipona de 4 horas de duración y con una de las villanas más terribles de la historia de cine (Sakura Ando como Aya Koike)".🍼 Conclusión tras más de 20 años mamando cultura japonesa. "Es una cultura de extremos, para lo bueno y para lo malo. Vemos cintas como Our Little Sister (2015) de Hirokazu Koreeda donde tú dices: aquí nadie mata una mosca, todo el mundo es súper gentil, todo el mundo es súper educado, ese estereotipo del japonés donde todo es ordenadito y siempre se están inclinando. Y es verdad, hay una parte de la vida japonesa que es así. Pero por otra parte vemos que, cuando llega el momento de desatar el caos, no se miden tampoco. Tú dices: ¿cómo a estos panas se les ocurre esta clase de perversión? Es un país que relacionamos con una disciplina muy grande, pero en el que la gente también puede morir por esa disciplina".
[Melao]

Una mezcla entre lo moderno y tradicional: así es el Japón de hoy y así es Aggretsuko, la serie de Netflix que Luza Medina recomienda para conocer la cultura de trabajo japonesa
Konnichiwa! Si conoces cero de Japón pero igualito te llama la atención, ahora es tu momento: las recomendaciones de hoy te presentan solo un pedacito de lo que puedes y debes encontrar.👀 El Japón que se ve:Yuki Takeda viaja al Japón de la década de 1950 cuando ni los Tamagotchi paseaban en una pantallita. Eso es lo que muestra Always: Sanchome no Yuhi (2005): la vida cotidiana de aquella generación que construyó el Japón de la posguerra y que representa casi un tercio de la población que hoy también se pone nostálgica.León Melo es profesor de una cátedra de cine asiático en la UCAB. Nos dejó tres recomendaciones niponas: 1️⃣ Pastoral: to Die in the Country (1974), de Shūji Terayama: "Aunque tiene similitudes significativas con Amarcord de Fellini, la aproximación surreal y fantasmagórica de Terayama elude la romantización del recuerdo"; 2️⃣ Maborosi (1995) de Hirokazu Koreeda: "A través de Yumiko, una viuda que pierde a su esposo en un aparente suicidio, Koreeda explora el carácter transitorio e inescrutable de la muerte"; 3️⃣ The Mourning Forest (2007) de Naomi Kawase: "A partir del vínculo formado entre Machiko, una joven enfermera que perdió a su hijo, y Shigeki, quien sufre de demencia tras enviudar, Kawase ofrece una meditación poética e inquietante sobre el duelo".📚 El Japón que se lee:El escritor Haruki Murakami es toda una institución de la cultura literaria de Tokio a Caracas. La directora del Festival del Cine Venezolano en Japón, Luza Medina, apunta duro a la novela Tokio Blues: “Aunque siento que Murakami es mejor cuentista, particularmente con esta novela me pasa que al vivir acá recuerdo mucho sus descripciones del lugar. Me parece que Murakami es un buen primer acercamiento a Japón”.🔊 El Japón que se escucha:Un artista, un micrófono y un estudio en blanco: Yuki también recomienda The First Take, un canal de YouTube por el que artistas nipones de todos los géneros dan una muestra de sus talentos de one shot y sin tanto protocolo. Por lo pronto, pilla esta canción medio de despecho que grabó Ikura, la vocalista del dúo pop Yoasobi.🏬 El Japón que se siente:Japón se divide en 47 prefecturas –más o menos el equivalentes a estados– y todas tienen su swing particular. Naomichi Kojima ahora vive en España, pero uno de sus lugares favoritos sigue por allá, en la prefectura Kanagawa: bienvenidos a Sakuragicho, ese sitio donde no haces más porque el sereno es malo. "Vivía cerca de este barrio y siempre fui a ese lugar para ver una peli y comer".
[Lo recién embotellado]
¿Te lanzas un paso bien latino? Esta semana fue el natalicio de Celia Cruz y su amigo de estos lares, Oscar D’ León la recordó con el post de una de sus presentaciones juntos. Por si eres chamo y no los llegaste a ver: así suena un ritmo dulce y sabroooso.
Los Cuentos de Camino siguen su camino: Valentina Quintero y el músico Miguel Delgado Estévez anunciaron su última gira por 10 ciudades de Estados Unidos a partir del próximo miércoles 27 de octubre. Si no sabes de qué van estos cuentos, el flyer ya dice mucho.
Y otro que también anda pata caliente es Lasso, quien en diciembre echará en vivo Un Cuento de Navidad en su gira por Madrid, Miami y Ciudad de México. Ya venden las entradas, pero con su video promocional ya sabemos que no tiene nada que envidiarle a ningún sketch.
Y si solo tienes ganas de hablar, con gusto narraré: no es una letra de Franco de Vita, sino el veredicto de la 4ta edición del Premio Lo Mejor de Nos que descubrimos esta semana. La mancha más profusa de Raquel, presentada bajo el seudónimo Tiago João Ferreira, se llevó todos los piropos y el primer lugar entre 55 textos participantes 👏 👏 👏
Un rayo en los ojos del dragón.Bestia de humo, fauces de Godzilla,devora la isla, la engulle y la lanza al abismo.Una energía helada en la médula de la muerteAlberto Hernández,de Guárico para Japón 🗾
Guarapita, un destilado deSoy Arepita