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Guarapita Punketa
Ni muerto ni de parranda: el punk nunca se fue 🎸

Viernes, 22 de julio de 2022



[Fruta]
No es una fase, mamá. Es un estilo de vida

Contestones. Inconformes. Escandalosos. Rebeldes. Donde haya una postura disidente, ahí estará el punk.
☠️ 🤟 🖤
El punk llegó a este pedacito del Caribe en las maletas de chamos que pasaban sus vacaciones en Europa, donde los británicos Sex Pistols y The Clash montaban su zaperoco, y Estados Unidos, la cuna de bandas como los Ramones y Misfits. Eran los 80, cuando el país estaba un poquito más tranquilo que ahora. Sin embargo, la crisis le respiraba en la nuca a los venezolanos con la llegada del temible Viernes Negro de 1983. "Éramos un país petrolero. Había una situaciones de corrupción y de escándalos políticos. La primera generación de punk fue testigo de no solo la degradación del Pacto de Punto Fijo sino de la aparición de la crisis económica", explica el sociólogo Rafael Uzcátegui, coordinador de Provea y autor de Educación Anterior: Una historia incompleta del punk venezolano (2019). De esta inconformidad nacieron agrupaciones como Seguridad Nacional, Desorden Público, Zapato 3, Psh-Psh, 4to Reich, El Enano de la Catedral y Sentimiento Muerto, entre otras. Llegaron entonces los looks con mohicanos, chaquetas negras, piercings, muñequeras, jeans con parches, zapatos converse y botas militares —que le sacaban la piedra a la Guardia Nacional—. También empezaron a sonar canciones toscas, con acordes simples y letras cargadas de ira ante las injusticias sociales. "Los metaleros y los rockeros están como mucho más interesados en la composición musical, mientras que el punketo está más enfocado en el contenido de la lírica", afirma Melanio Escobar, fundador y director de la ONG Redes Ayuda, que contribuyó a la publicación de Educación Anterior a través de su editorial Humano Derecho Libros. El "hágalo usted mismo" (do it yourself) era la norma. Si querías hacer punk, agarrabas un instrumento y "como vamos viendo, vamos yendo", siguiendo el ejemplo de Sid Vicious, que no tocaba ni cambur pintón. Juan Ignacio Morasso, voz de 4to Reich y guitarrista de Holocausto, adoptó ese espíritu autodidacta y aprendió a tocar en el garaje de su casa, repitiendo los casettes una y otra vez hasta que sacara la canción. Además, como las bandas que recibían el apoyo de las grandes disqueras eran contadas, predominaban las maquetas improvisadas y las grabaciones sin maquillar de los toques.
🤟 Si no estuviera con Agente Extraño, "Patada por ese culo" sería el nombre de la banda de Ernesto "Cuerdas Duras" Rojas, porque eso es lo que provoca hacer con los políticos hoy en día. 🤟 Rafael Uzcátegui llamaría a su banda "Víctimas del Socialismo", porque la polémica no puede faltar, mucho menos en los tiempos que vivimos actualmente. 🤟 "Huesos de Pollo" fue el nombre de un intento de banda que formó Wincho Schäfer. Al parecer no prosperó, pero lo incluimos porque el nombre nos dio risita.🤟 Juan Ignacio Morasso ya tiene en su haber suficientes bandas punk, pero si añadiera una más a la lista, la bautizaría "Superado el club de los 27".
Otra manera de hacer llegar el mensaje era a través de los fanzines. Estas publicaciones autogestionadas no solo promocionaban la música y la cultura punk, sino también las causas en las que creían las bandas y seguidores del movimiento. Tan solo necesitabas ganas de criticar lo establecido, papel, tijera, marcadores y —muy importante— una fotocopiadora. En Venezuela, algunas de las ediciones underground que más la pegaron, a juicio de Uzcátegui, fueron Caracas Resiste y Ataka, El Caldeidoskopio, Anacreonte en Horas Muertas, Caput Juve, El Provo y ¿Qué hay de nuevo, viejo?.Ante los episodios turbulentos, punk. Luego del Caracazo el 27 de febrero de 1989, nacieron bandas emblemáticas: Víctimas de la Democracia, Holocausto, Oktavo Pasajero, Deskarriados y Devastación. Después, en 1998, llegó la Revolución Bolivariana y "hubo como un blackout. Un total silencio a lo que pasaba en Venezuela, a diferencia de los 80, que había muchísimas letras que le cantaban a los que mantenían el poder en ese entonces", según Ernesto "Cuerdas Duras" Rojas, bajista y vocalista de Agente Extraño.También quedaron atrás los encuentros en el Gran Café de Sabana Grande, el Café Rajatabla del Ateneo de Caracas o los Toldos de El Rosal. "El chavismo institucionalizó esos espacios de resistencia y de movilización. Hubo mucho dinero para hacer una contracultura pagada por el gobierno, la cual dependía de los subsidios estatales. No había movidas si no había plata. Ahorita que tenemos todas las causas y todas las razones para hacer conciertos y para protestar a través de la música, no hay un movimiento. Lo que quedan son algunos reductos de punk independiente", lamenta el coordinador de Provea.
A pesar de que la falta de espacios y el factor migración redujeron la oferta musical, grupos como Doña Maldad, Apatía-No, Contra Marcha y Zombies No
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por nombrar algunos
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sí se las cantaron al gobierno. Igualmente, algunos punketos de corazón actuaron más allá de la canción de protesta y hoy en día se dedican al activismo en DD.HH., como es el caso de Rafael Uzcátegui y Melanio Escobar. También hay proyectos que reúnen el trabajo de bandas aún activas dentro y fuera del país, como es el caso del compilatorio “Rock Anti Enchufados” y “Ministro, ¿cuál es su trabajo?”. Porque el punk es como la materia: no se destruye, sino que se transforma. Y mientras haya injusticias, habrá piedras que tirar, así sean verbales.
[Caña clara]
Combustible para toda la vida 🔥

Wincho Schäfer: "Desde el momento en que empiezas, y por el resto de tu vida, el oficio de los músicos tiene mucho de caletero, de cargar peroles, de montar y desmontar después de que todo el mundo se fue" | Retrato: Ed Rend
En un modesto país llamado Venezuela, donde cuesta mucho ganarse la vida como músico, Ervin “Wincho” Schäfer (54 años) es uno de los mejores bajistas. Tocó en una de las bandas de mayor culto, Sentimiento Muerto (1981-1993), que tuvo una génesis punketa antes de grabar obras maestras mucho más depuradas como el disco Infecto de afecto (1991)."No tenía interés en la música, me daba curiosidad", recuerda Wincho. "Llegué a la música por los amigos, más o menos a los 15 años. Alberto (Cabello), Cayayo (Carlos Troconis) y Pablo (Dagnino) se la pasaban con unos panas en una miniteca, pero después deciden salirse de esa jugada y armar una banda. Cayayo era bajista, pero quería tocar la guitarra y un día me dice: ¿te gustaría tocar el bajo? Yo feliz de la vida. Y me fui quedando en la música. Estamos hablando como de 1984. Era la primera vez que agarraba un instrumento. Me costaba y todavía me cuesta. No se me da con facilidad. Hay músicos a los que le das cualquier instrumento y en tres semanas lo dominan, Considero que tengo muy poco talento. Lo mío ha sido más de esfuerzo" dice, con modestia, el buen bajista del país modesto.—En sus comienzos, ¿Sentimiento Muerto se asumía conscientemente como una banda punk?—No teníamos conciencia de nada. Al principio tocábamos sobre todo versiones de otros grupos, por supuesto muchos de ellos de punk, todo muy irreverente. Queríamos diferenciarnos de lo que más sonaba en ese momento: gente como Aditus, Tempano o La Misma Gente. Hacíamos música muy rápida a todo volumen. Nos gustaba un punk muy hardcore como el de Dead Kennedys o Black Flag. Pero tocando en barcitos de Sabana Grande o fiestas de panas del colegio, Sentimiento tiene una maduración muy rápida entre 1985 y 1987 hacia otra sonoridad más cercana, por ejemplo, a The Cure.—El punk se germinó en un entorno de malestar. Alguien de esta generación pudiera decir: ¿qué carrizo de malestar tenían ustedes en los años 80, comparado con el chavismo?—Hay malestar en todas las épocas. Teníamos temas claramente de rebeldía e inconformidad sociopolíticas como El sistema y Miraflores. Había mucho de eso antes de nuestro primer disco, pero lo "quemamos" en los cassettes. La música da para mucho más que quedarse amarrado a la crítica social. Uno se ladilla y se cansa. Prefiero poner en la música cosas más profundas que reflejar mi entorno inmediato.—¿Qué recuerda de esa época de la escena punk caraqueña?—Los integrantes de Desorden Público comenzaron con una miniteca llamada Aseo Urbano, también tenían una postura súper inconforme. Hicimos muchas fiestas y "mini festivales" con ellos en lugares como Junkolandia y unos toldos que ponían en El Rosal. También recuerdo una una banda de cuatro chamas del Colegio Humboldt y La Ladilla de Caracas, un grupo punk de Sabana Grande. En 1987 nosotros firmamos contrato con Rodven y empezamos a tener conciencia de que debíamos desarrollar un cierto estándar para vender discos o sonar en la radio. Tienes que cargar muchos peroles en ese momento y por el resto de tu vida. El oficio de músico tiene mucho de caletero. Siempre ha sido así y será así, por más "estrella" que te la quieras dar.—¿Sufriste represión policial?—Siempre hubo temas con la policía. Cayayo no tenía edad para tocar en bares. Recuerdo una vez que estábamos en un billar de Sabana Grande, creo que se llamaba La Cueva, solo habíamos tocado un par de canciones y llegó la Guardia Nacional. Nos tuvimos que esconder debajo de la tarima. Lo habitual era que te llevaran a la jefatura de El Recreo, te dejaran toda la noche allí y te amenazaran con que te iban a reclutar. Había que llegar a un tipo de negociación. También te podían agarrar mientras pintabas grafitis, que era la manera de promocionar tu banda. Afortunadamente, nunca nos pasó nada grave. Es chimbo que hayan pasado casi 40 años de eso y los cuerpos de seguridad sigan siendo concebidos para reprimir, no para proteger. —Hoy eres un músico totalmente distinto. ¿Qué te dejó esa época punk?—Me dejó muchísimo. Me quedé en la música gracias a esos amigos y a las cosas que me rodeaban en esa época, por ejemplo, ver ensayando a una banda tan buena como La Seguridad Nacional. Quería sonar como ellos. Nunca me ha gustado hacer música que no da ni frío ni calor, y eso lo aprendí de gente como SN. Nunca he tenido otro oficio aparte de la música, aunque me he ganado la vida paralelamente sirviendo en McDonald’s y otros restaurantes, vendiendo en una zapatería, dando clases de inglés o trabajando en una agencia de viajes. Lo que viví entre los 15 y los 18 años me dio combustible para seguir en esto.
[Melao]

Nada más punk que llevarle una serenata a la reina Isabel II por su Jubileo de Plata, en pleno río Tamesis. (Spoiler alert: la policía terminó apagando la fiesta)
Si te quedaste con ganas de más punk pero no sabes dónde empezar, nuestros entrevistados te tienen la solución. Bienvenido a la cátedra Punk 101, toma nota:🧷 Ernesto "Cuerdas Duras" Rojas recomienda comenzar por lo basiquito para ir calentando: The Clash, Sex Pistols, Dead Kennedys. Pero si tu inglés es nivel Wachu, puedes tener el mismo efecto escuchando Todos Tus Muertos, Los Violadores, Attaque 77, La Polla Records y Eskorbuto.🧷 Rafael Uzcátegui se fue por lo nacional y hasta dejó álbumes específicos: Aunque ud no lo crea de Sentimiento Muerto; El ruido de antes los opresores de siempre de Apatía No, País Muerto de Holy Hanes y Ministro, ¿cuál es su trabajo? de Agente Extraño.🧷 Melanio Escobar, aparte de la #publicidad a Educación Anterior: una historia incompleta del punk venezolano, también aprovechó de hablar de películas de ficción basadas en hechos reales como Sid and Nancy (1986), un recuento de la relación entre el bajista de los Pistols y su novia, Nancy Spungen. Cuando termines ahí, puedes seguir leyendo las biografías de tus bandas favoritas.🧷 Wincho Schäfer te invita a quitarte el prejuicio de que todas las bandas de punk suenan como si fueran grabadas con un Nokia jabón azul. Hay algunas que tocan bastante bien, como La Seguridad Nacional. "Tenían un apartamentico en El Bosque, muy punketos y todo, pero no tienes idea de lo bien que sonaban. Se me paraban los pelos". Por otro lado, recomienda a los guaros de Limpiacabezales que, si bien no son punk en sonido, tienen el espíritu de innovar e incomodar.
[Lo recién embotellado]
📚 Para leer, el #TeamGuarapita está mandado a hacer: mañana comienza la Feria Independiente del Libro de Maracaibo en la librería del Teatro Baralt. Estará abierta todo el día y durante toda la semana para que echen los cuentos con calmita.🎂 Caracas está empezando a calentar la rumba por su cumpleaños y tú mismo puedes poner los pasapalos: en el recorrido por el Palacio Municipal, este sábado la gente podrá decodificar los símbolos que han identificado a Santiago de León de Caracas todos estos años. Porque sí, Caracas también se celebra.🎞️ En la frontera, la cultura se mueve tanto como el puente: hasta el próximo 25 de julio estará abierta la convocatoria para el XII Encuentro para Cinéfagos del Festival de Cine-Arte en la Frontera 2022. Si estás por esos lares, puedes mandar tu propuesta en todas las categorías que podamos imaginar para un evento de altura.🏆 Esta semana nos cayeron premios y regresos que todos esperábamos. Yo y las bestias, una película de fantasía sobre un músico venezolano rodeado de amigos imaginarios, se llevó los premios de Mejor Película y Mejor Ópera Prima del Festival del Cine Venezolano en su regreso a Mérida. Y en el Concurso de Poesía Joven Rafael Cadenas, también premiaron a los ganadores y, por primera vez, el jurado declaró un empate en el tercer lugar. Talento es lo que hay.
Quiero trabajar en el gobierno, para tener una casa gigantePara que nadie a mi me aguante. Para no sufrir la escasez.Para que me besen los pies. Para tener ocho choferes.Para tener cinco mujeres. Para ser parte de la corrupción.Para demostrar que soy un buen ladrón.
"Miraflores"de Sentimiento Muerto
Guarapita,un destilado deArepita