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Guarapita se fuma lumpia

Nos fumamos una lumpia en el mercadito chino 🏮

Domingo 21 de noviembre de 2021

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[Fruta]

Hallacas chinas en el mercado de El Bosque (Caracas): adentro llevan masa de arroz y guiso con carne de cerdo (4 dólares cada una 💸) 

Nuestra comida china es pura democracia

Es costoso, pero tampoco el lugar más caro de Caracas. Para un venezolano que vivió una dramática reducción de la cantidad y variedad de productos para comer —sobre todo entre 2015 y 2018—, el mercadito de los domingos en El Bosque es un pequeño milagro, aunque los más veteranos digan que su tiempo pasado era mucho mejor y que extrañan los desayunos con buffet abierto en el Lai King. Y los más prejuiciosos, que: ni loco te vayas para allá sin ponerte dos mascarillas KN95.Ancas de rana, patos colgados, té negro frío con leche y ocumo, cuajada de sangre de cerdo, vegetales que prácticamente no se consiguen en ninguna otra parte, como la raíz de loto, el melón de invierno, el colinabo, el cundeamor... el mercadito chino te hace pensar en la cabaña de Gárgamel, el alquimista que quiere hacer un menjurje con pitufos.La tibia recuperación —o más bien desaceleración de la recesión— de la Venezuela de 2021 se nota en espacios relativamente nuevos como el Asia Gourmet Bakery, una pastelería en la que puedes sentarte a comer un panecillo al vapor relleno de cerdo y vegetales (baozi o bau), ese imperio celestial de coco y maní llamado Lo Mai Chi o un extraño brazo gitano con carne seca.En realidad, la gran mayoría de los chinos de China cotidianamente no incorporan muchas de estas cosas a su dieta. Ni siquiera están familiarizados con lo que en Venezuela llamamos ir al chino.

Ancas de rana ($10 el kilo)... ¿Patas de mosco zancudo, uñas de gato sangrón? "En realidad es algo muy exótico, no es comida del día a día y muy raramente se consume en China", advierte la chef chino-venezolana Joanne Chan (Caña Clara 👇)

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¡Cuánto se extraña, cuando viajas, la comida asiática que se come en Caracas!», suspira Carla Di Simone, socióloga y cocinera venezolana hoy radicada en Ourense (Galicia).

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Es una nostalgia enorme genuina, no solo con la comida china, también con la japonesa o coreana. Afuera nada es igual, ni medianamente parecido: lo nuestro es demasiado rico, demasiado diverso y demasiado cargado de sabores. No se trata solamente de hacerla caribeña poniéndole un plátano, ¡no! En Venezuela, la comida asiática es democrática, todo el mundo se la apropia, no es un asunto exótico como aquí en España. Incluso compartimos ingredientes comunes: el cebollín, que los chinos y los venezolanos usamos en un montón de preparaciones, en Galicia es la cebolleta china y casi nadie la usa», prosigue Di Simone.Como migrante puedes clavarte un puñal por los restaurantes chinos de Venezuela. Pero también reprimirlos como el mal recuerdo de aquella indigestión que se atravesó en plena cita soñada con tu media naranjita (china). «Me llevaron a comer comida asiática en Caracas y me parecía muy mala y muy cara», recuerda Mina Pérez, venezolana instalada en Malasia desde hace 14 años. «No decía nada para no sonar pesada. Pero la verdad no tengo buenas memorias. Ni de la china, menos de una supuesta 'tailandesa' que conocí una vez. Si regreso a Venezuela, a mí que me lleven a comer arepas, cachapas o chicharrón».

Agrega Mina: «Aquí en Kuala Lumpur, llego a comer en los chinos de la esquina. En silletas de plástico, así bastante ordinario. Aquí sabe distinta. A ingredientes del sureste asiático. Por ejemplo, con salsa de pescado. Me dicen que también es distinta a lo chino mainland. Probablemente también haya más lemongrass (malojillo), cilantro, piña y otros ingredientes tropicales. Con la respectiva influencia de India, que también es muy potente».José Baig, un periodista y cocinero que ha pasado por 9 países a lo largo de 25 años —Irlanda, el más reciente—, aporta la óptica cosmopolita y desapasionada: tampoco es que los venezolanos tenemos la exclusividad de la tapa del frasco.«Los restaurantes chinos en Caracas —como el malogrado Palmar de Bello Monte, ahora en Miami— no es que me gustaran full, pero eran una opción accesible. Según la zona, podían ser un buen lugar para ir con una cita, por ejemplo. Quizás generalizo, pero diría que, por ejemplo en EEUU, la comida china está en el top de lo barato, y en Venezuela (al menos en mi época) en el rango inferior de lo caro. Creo que en Venezuela se popularizaron tres cosas: arroz chino, lumpias y costillitas. En otros lugares del mundo, el cliente conoce una variedad más amplia de platos chinos. Y lo de la cerveza súper fría, la verdad es que solo lo he visto en los restaurantes chinos de Venezuela».

«Lo asiático-venezolano nos parece 'mejor' porque son los sabores con los que crecimos y que identificamos con cosas concretas. Yo no considero que sea mejor o peor. Diría que la comida china-surinamesa (una variedad específica en la oferta gastronómica de Holanda) es bastante parecida en técnicas y sabores a lo que en Venezuela llamamos 'comida china'. Es muy probable que tengamos más de Surinam que de China»

José Baig, periodista y cocinero

Adiós, Donald y Rico McPato, gracias por todas las tardes divertidas

¿Y si nos mudamos un rato a Japón? «El sushi que se comenzó a popularizar en Caracas a partir del año 2000 en realidad estuvo influido por las tendencias californianas: queso crema, mucha salsa y ciertas 'nuevas salsas a base de mayonesa'. A los japoneses les gusta la mayonesa, pero no en el sushi. Se le llama 'sushi venezolano' porque hay una desproporción del tamaño (piezas más grandes de lo común) y una exageración en cuanto al complemento de la salsa a base de mayonesa, tipo perro caliente. El aguacate, la piña, el tamarindo, los pescados locales, el coco, el ají dulce, el malojillo son ingredientes que tenemos y que son compatibles con el sushi, pero hay cosas como el roll de pabellón que no han tenido éxito», apunta el chef judío-venezolano Alex Wertenstein. «El sushi caraqueño es divertido, arriesgado, ecléctico, su diversidad lo hace inimitable», hace barra Di Simone desde Galicia. «Combina montones de cosas de las que supongo que no tienen ni idea los japoneses: puede ser picante, salado, untuoso, dulce, salado, crujiente, suave, fresco, incluso gomoso o correoso. No creo que algo en el mundo tenga tanta fantasía. En Venezuela no tenemos espacio para el purismo, excepto con la hallaca, y una muestra en el mundo son las genialidades que hace Víctor Moreno en el Fishpac de Barcelona».«La cultura culinaria japonesa (que deriva de la china) está llena de rituales, ceremonias, misticismo. Nos aporta el valor de la sencillez, de utilizar productos de calidad, del respeto por el ingrediente fresco, local; el orden, la pulcritud, la seriedad, en fin… los venezolanos hemos heredado, a veces sin darnos cuenta, mucho de todo eso», resalta Wertenstein. En el mapa genético de tu paladar, quizás tengas todo el misterio de una guerrera samurái.  

[Caña clara]

Los chefs suelen estar muy ocupados y no siempre son accesibles. Pero la cordial Joanne Chan es el perfecto eslabón perdido para los venezolanos que quieren iniciarse en los sabores chinos y asiáticos en general, a través de su InstagramFoto: ligiavelasquez.com

Más trasnochado, mejor(el arroz) 🙃

Joanne Chen nació en Hong Kong —colonia británica hasta 1997—, de madre de Cantón (Guangzhou) y padre de Shanghai. Luego se convirtió en una niña venezolana.«Mis padres tuvieron dos restaurantes y eran la vida de ellos los siete días de la semana. Mi infancia transcurría entre el colegio y el restaurante de mi papá. Soy la mayor de cuatro hermanos y terminaba encargándome de la casa: cocinaba montándome sobre una sillita para llegar a los fogones. Nunca más me pude despegarme de la gastronomía. Completé mi formación en la propìa Hong Kong —específicamente en dim sum, platos pequeños y variados para el desayuno, el almuerzo y la merienda—, Panamá y España. Pero no concebía cómo pasar las fiestas de Navidad sola. Entonces me dije: ¿para qué seguir afuera?», relata la diseñadora del menú de Hanami, en el hotel Eurobuilding de Caracas. 🍚 La versión venezolana de la comida china. «No es que la comida china que conocemos en Venezuela no forme parte de la gastronomía de China, pero ni es lo usual ni el día a día de los que viven allá. Los primeros migrantes chinos que llegan a América buscan un poco la comida que les identifica a ellos y que a la vez se adapte al lugar a donde están llegando. Supongo que en Venezuela, para calar en el paladar de los lugareños, se aproximaron a las frituras, el arroz suelto y sabores fuertes como el agridulce. No quiere decir que en las casas de China no se coma arroz frito, agridulce o costillas, solo que no es lo usual. Muchos venezolanos que viajan van a comer chino afuera y dicen: Esto no es ni parecido a lo que estamos acostumbrados. Y les cuesta»🌽 Lo que más le impresionó al llegar a Venezuela. «Vine a Venezuela y a veces a los niños les cuesta asimilar sabores. Estaba acostumbrada a cosas mucho más básicas, cocinadas al vapor, o mi arroz blanco prácticamente sin nada. Me consigo, por ejemplo, con el maíz. Es cuestión de adaptación. Yo ahora estoy afuera y necesito mi arepa o mi cachapa con queso. Si me voy por la comida china como debe ser en el extranjero, no tiene semejanza con los ingredientes o la preparación de la venezolana»

🦆 

Tu plato inolvidable. «Como ser humano, vamos a lo que nos trae recuerdos. A la infancia: la casa, la familia, las reuniones. Soy de buen comer. Siempre estoy dispuesta a comer y experimentar cualquier cosa. Pero, por ejemplo, voy a preferir el cerdo a la carne roja. O paso tres días sin arroz y siento que me falta algo. Mi tesoro más preciado: un pato cantonés que me enseñó a hacer mi abuelita, hoy con 98 años, guisado, con muchas especias y ocumo chino. Es algo muy personal y además trabajoso, no lo preparo muchas veces»

🌳 

El mercado chino de El Bosque (Caracas). «Antes de la pandemia, yo organizaba recorridos con un máximo de ocho personas, que terminaban con un desayuno o brunch de ocho o diez tipos distintos de dim sum. Todavía no es el momento de retomar esa actividad. Hoy el mercado chino es la mitad de lo que era antes, aunque siguen consiguiéndose ingredientes que no suelen estar en la carta de nuestros restaurantes chinos. El mercado de El Bosque siempre fue hecho de chinos para chinos. Somos muy prácticos y podemos parecer antipáticos. o no dominamos por completo en español. Los comerciantes dicen: yo vengo a vender, no a explicar. Les preguntas por un ingrediente y te responden 'eso es para sopa', por salir del paso. Mi recomendación para los venezolanos es probar todo lo que puedan, pero sigue faltando un lugar donde puedas probar y aprender, no solo llegar y comer»🐉 China es muy grande. «La comida china que empieza a calar en Venezuela es la cantonesa. Pero, por darte una referencia, en China se hablan casi 300 dialectos, aparte del mandarín. Y hay otras tantas gastronomías. Todo está centrado en el arroz, básicamente, y la proteína suele ser cerdo o pollo. Lo que hace diferentes a las regiones es el acento en un método específico de preparación: al vapor, con picante, con fritura...»😋 

El perfecto arroz frito (bien frito, de Puerto Rico). «Los chinos comemos mucho arroz blanco, es un  elemento esencial. Al venezolano le gusta más el arroz suelto. El nuestro es sin sal ni aceite, más pegostoso, por decirlo así. Como comemos con bol y palitos, necesitamos ese aglutinamiento. La base del arroz frito es que sea trasnochado. El arroz sobrante de varios días que se va acumulando, y se pone más seco y consistente. Mientras más trasnochado, mejor. El arroz recién hecho es demasiado delicado y se deshace. Más que arroz frito, debería ser un arroz salteado, sin tanto aceite. Termina siendo un plato completo, si le agregas proteína y vegetales»

[Melao]

¿Sal rosada del Himalaya? Te la tenemos. Seguimos curioseando en el Chinatown caraqueño de El Bosque. Esta vez nos metimos en el Asian Gourmet Market, una especie de bodegón con esteroides en el que es posible conseguir casi cualquier cosa del Lejano Oriente. Cinco cosas que verás allí y quizás en muy pocos otros supermercados:🍵 Galletas Óreo con crema sabor a té verde. Es un producto japonés, también conocido como Matcha Oreo. No lo probamos (en realidad no probamos casi nada), pero en una reseña en Internet se lee: "El relleno es dulce pero no demasiado dulce y el sabor del té verde se las arregla para estar ahí". Es probable que también consigas versiones de cereza (crema rosa) y melocotón (naranja).🍟 Papitas fritas sabor a anguila. ¿A qué sabe una anguila? "La carne es blanca, gelatinosa y dura, y su sabor no es que sea especialmente fuerte; yo diría que es muy sutil y diferente al de cualquier otro": recurrimos de nuevo al Chef Google🍺 Cerveza Tsingtao: junto con Snow —la birra más vendida del mundo—, es la marca que domina el mercado chino. Fue creada por alemanes en 1903 y nacionalizada por Mao en 1949, pero ni tonto que fue: la producción se expandió, a pesar de que la cerveza era considerada una bebida "burguesa". Dato: en este rincòn caraqueño también venden sake, la curda nacional nipona🍦 Helado de té de leche con perlas de tapioca. No te enredes tanto: la tapioca es una harina extraída de nada menos que nuestra popular yuca, llevada por los comerciantes europeos —especialmente portugueses— a Asia. Los bubble teas con perlas de tapioca (que no nos parecieron muy comestibles en Caracas) se han vuelto muy populares desde los años 80 y hay que darle las gracias a Taiwán🥭 Buñuelos de mango y durián: los seleccionamos porque el durián (Durio zibethinus) del sureste asiático es una de las frutas más divisivas del mundo. Es rica, pero... su olor puede parecerle extremadamente apestoso a muchas personas: lo comparan con aguas de cloaca, carne podrida o medias de deportista recién usadas. Para no espantar a turistas occidentales, ha sido prohibida en algunos hoteles y aerolíneas

[Lo recién embotellado]

  • Abre tu Google Calendar: del 22 al 30 de noviembre se celebrará el Festival Caracas Doc. Seis documentales en competencia internacional, cinco en la selección nacional y cinco en la sección estudiantil Lux. Todo será en su plataforma online y gratuita, además de encuentros en Youtube. En Trasnocho Cultural también tienen previsto una muestra.

  • Si estás en España y conoces a algún actor, actriz, productor, director o técnico español, pasales el dato: Dirección Opuesta está en las votaciones para poder ser candidata a los Premios Goya 2022 como Mejor Película Iberoamericana. Mientras más académicos la vean, más chance tendremos. Con esta película, su director, Alejandro Bellame, es uno de los directores venezolanos que ha estado festivaleando 🎬

  • Gustavo Dudamel dirige a la Mahler Chamber Orchestra y a jóvenes de diferentes partes del mundo, incluyendo 9 integrantes de El Sistema, en Symphony: un viaje al centro de la música 🎻, una película inmersiva de 12 minutos con piezas de Beethoven, Gustav Mahler y Leonard Berstein, que ha sido galardonada con el el premio Thea Award for Outstanding Achievement - Immersive Experience. Es un proyecto de realidad virtual itinerante por España: su siguiente parada es Santa Cruz de Tenerife.

 

 están mirando el tubo transparentepor el que desfila tu última cena.Apuestan si son fideos o arroz chino.El médico de guardia se muestra intransigente:es zanahoria rallada.Asco, dice la enfermera bembona.Miyó Vestrini (1938-1991) 

Guarapita, un destilado deSoy Arepita